El pasado sábado, 2 de noviembre, apareció el cuerpo sin vida de Óscar Gómez, un joven mecánico de 32 años, en Logrosán. Unos restos de sangre dieron a la Guardia Civil pistas de donde comenzó la reyerta que terminó en tragedia. Los vecinos de la localidad cacereña están impactados. Se sospecha que el crimen no fue hallado en el cuerpo en el que apareció el joven, cerca de la plaza del pueblo.
Una madre y su hijo de 20 años han sido detenidos por el asesinato y hasta el momento se han acogido a su derecho de no declarar. Los dos conocían a la víctima y los investigadores no descartan que pueda haber más personas implicadas. La principal hipótesis es que Óscar había mantenido una relación sentimental con la madre de la pareja del detenido y que habían estado juntos la noche del crimen, aunque hay más líneas de investigación abiertas.