Jordi Magentí trató hasta el último momento de librarse de la acusación del asesinato de Marc y Paula en el pantano de Susqueda. Tras su ingreso en prisión le confesó a su compañero de celda que el asesino de la pareja fue su hijo, Jordi Magentí García. Asegura que se fue a buscar agua para la plantación de marihuana de su hijo cuando escuchó los disparos y los gritos. Posteriormente, le dice a su compañero de celda que su hijo mató a Marc por la espalda y a Paula de un disparo en la cabeza. Sin embargo, la triangulación del móvil del hijo le sitúa lejos del lugar del crimen.