Con tan solo 21 años Mar vivía una relación tortuosa hasta que José Miguel acabó con ella. 'El programa de Ana Rosa' muestra en exclusiva los mensajes de voz en los que día tras día contaba a sus amigas la angustia que vivía por su relación. "Nada, que se le está yendo la cabeza. Que se le va, que se le va, que no sé ya cómo hacerlo".
En sus mensajes, Mar mostraba algunos ejemplos del carácter de su novio, celoso y extremadamente posesivo ("nos hemos puesto a perseguir un coche porque decía que me ha mirado mucho"). Además, Mar intentaba buscar una explicación a los ataques de rabia de su pareja: "La paga mucho con las personas que más le quieren. En plan conmigo, con sus padres, con su mejor amiga...".
Mar sabía que José había sido sido ingresado en un centro de salud mental de Granada y que no siempre tomaba la medicación que necesitaba, pero nunca se lo confesó a su madre. "Él tiene ansiedad, manía persecutoria, se piensa que todo el mundo va detrás de él, entonces eso". "Y conmigo pues eso. Se ha tirado unos días súper mal, ahora está súper bien. No se despega de mí", comentaba a sus amigas.
El entorno de José Miguel incluso le pedía ayuda a Mar para intentar controlar sus brotes, según confesaba la víctima a sus amigas. "He estado hablando con su madre y me ha dicho que es bipolar, que lo tiene diagnosticado, tal... que va a ver si lo lleva al psicólogo, que no sé qué y yo... pues bueno, ya está". Sin embargo, Mar no pudo hacer nada. Después de cada pelea, ella se alejaba, pero siempre daba una última oportunidad a José.
En su año y medio de relación, las broncas y rupturas entre Mar y su novio eran csai semanales. "Ya sé ha terminado. Hoy he ido a hablar con él, ha cogido y se ha ido, me ha dejado ahí sola en su trabajo. Así que ya está". Antes de su muerte, presuntamente asesinada por su novio de un disparo en un campo de tiro de Granada, ella quería poner punto y final a esa relación: "Va a ser mi debilidad, si es que no lo puedo negar. Pero en fin, ya está, yo hoy creo que ha sido el remate final", llega a decir. "Llámala obsesión, llámala cariño, llámala como tú quieras, pero yo con José me he enganchado muchísimo. Ya está", añade.
Según su testimonio, Mar pensaba que tenía la situación controlada: "Ya no me rallo como antes. Voy a hacer mi vida. voy a hacer mis cosas y ya está tío porque no puedo estar así. A base de golpes se aprende y yo creo que hoy ha sido el golpe definitivo.
A pesar de sus continuas discusiones, Mar siempre terminaba volviendo con José Miguel. "¿Si en el futuro se da cuenta, va al psicólogo y decide pedirme disculpas y volver? Yo lo voy a recibir con los brazos abiertos porque no creo que vuelva a conocer a otra persona igual que él". Mar llora desconsolada al imaginarse sin él: “¿Que decide volver? Pues ya está tía. Lo único que yo le dije te quiero e intenté hacerlo lo mejor posible y ya está tía. Es una enfermedad mental, yo no le puedo ayudar porque eso es cosa de un psicólogo, de su familia y de él”.
Por último, Mar cuenta que se siente culpable de los brotes de su pareja y piensa en ponerse en manos de un experto antes de ser asesinada. "Creo que yo he sido el detonante. El lunes voy a pedir cita al médico de cabecera para que me derive al psicólogo porque me hace falta". Pero no le dio tiempo a llegar a esa cita.