El líder de la célula terrorista que atacó en Barcelona y Cambrils estaba en el punto de mira de la policía desde 2005. La policía nacional solicitó la escucha y grabación de sus conversaciones telefónicas de Abdelbaki Es Satti al juez Marlaska, que lo permitió. Su radicalización también se hizo notar en Bélgica, donde el imán buscó trabajo. Según un diario local, Es Satti tiene familia en el país belga y cuenta con un domicilio donde operaba y trataba de reclutar jóvenes radicales. Su discurso, dicen, era violento y extremista. Además, un policía belga dio la voz de alerta al enviar un email en enero de 2016 a los Mossos avisando de que tenía intención de ir a Barcelona y pedía más información sobre él. El mensaje no siguió los cauces oficiales y fue contestado el 8 de marzo por el mando de los Mossos diciendo que no disponían de información sobre la radicalización de Abdelbaki Es Satti