Todas las pruebas que inculpan a Raúl Diaz en el asesinato de Romina Celeste

telecinco.es 11/02/2019 12:27

Antes de deshacerse de los restos mortales de su mujer, Raúl visitó un club de alterne y Mónica, la prostituta que pasó varias horas con él, asegura que tenía marcas de arañazos en la barbilla, la espalda, las costillas y en la frente. "Le pregunté por los arañazos y Raúl me dijo que se había golpeado con las escaleras de casa. Le pregunté que si se había peleado con su esposa, y me contestó que como siempre, pero que hacía días que no la veía"

Días antes de morir, Romina acudió al hospital por una paliza de Raúl, aunque no fue atendida por ningún médico pero si por una enfermera que comprobó que tenía hematomas en los brazos. Su marido la recogió antes de ser examinada y la llevó a casa de unos amigos.

"Vino quejándose y diciendo que se encontraba mal. Nos enseñó los golpes que tenía en los brazos y costillas. Le costaba andar, tenía todo el cuerpo dolorido. Raúl reconoció haberla agredido, se arrodilló y le pidió perdón, le dijo que no lo volvería a hacer", cuenta uno de ellos.

Por otro lado, el último mensaje que la víctima intercambió con una de sus amigas revela el carácter arisco y violento de Raúl: "Aquí está, borde como él solo, yo creo que peor".