Las lágrimas desconsoladas de una anciana tras recuperar su piso okupado: "No le he hecho mal a nadie para que me hagan esto"

  • Una mujer de 82 años recupera su piso en Leganés tras ser okupado.

  • Los jóvenes okupas se dedicaban al 'trapicheo' de drogas y desmantelaron la vivienda.

  • La mujer teme quedarse sola sentencia entre lágrimas: "Ya no hay justicia".

Ana, una mujer de 82 años, recupera su casa en 'El programa de Ana Rosa' tras ser okupada por tres jóvenes con un bebé. Dani Esteve, director de la empresa Desokupa, lanzó un aviso a las personas que se encontraban en el interior de la vivienda de la mujer en Leganés antes de acudir con varios compañeros en su ayuda.

Al intentar volver a entrar en su casa, Ana se dio cuenta de que su llave no funcionaba y un hombre le gritó desde el interior del piso: "¡Oiga, que la casa es mía! ¡Están en mi propiedad, voy a llamar a la policía!". Dani explica que "eran unos tipos que estaban trapicheando aquí, uno le pegó una paliza a la novia". Además añade que "entraron con violencia, parece que estaban robando los muebles". Ana cuenta que ha sido amenazada por los okupas. La llamaban para comprobar dónde se encontraba y le respondían: "Te vas a enterar". Rota de dolor y desesperada, la mujer casi no puede contener las lágrimas: "Yo no le he hecho mal a nadie para que me hagan esto".

Mientras Ana y nuestro reportero esperan fuera, llegan buenas noticias. Dani le dice que han recuperado el piso, la mujer salta a sus brazos de alegría y pregunta incrédula: "¿Lo tengo de verdad?". Al entrar en la vivienda nos encontramos con un 'pinchazo' ilegal de luz con riesgo de incendio y la desaparición de muchas de sus pertenencias. El piso se encontraba con numerosos desperfectos. La señora no da crédito al estado de su casa pero no puede contener la emoción al haberla recuperado: "Ay, qué alegría que me la han dejado". Entre lágrimas, la mujer añade: "La gané a pulso mes por mes". Agradecida, abraza a nuestro reportero. La mujer, aunque feliz, se encuentra triste y asustada por quedarse sola en su casa. Habla muy agradecida sobre la labor de Daniel: "Me lo ha hecho sin cobrar ni nada, ha sido un ángel del cielo".

"Quiero todo el bien para la gente buena, ya no hay justicia", sentencia Ana angustiada. La mujer se dedicó durante muchos años a cuidar de dos niñas de una familia francesa que a día de hoy contactan con ella para darle ánimos. Ana se sacrificó durante toda su vida con un sueldo muy ajustado para pagar la letra de su pequeño piso de Leganés y ayudar a sus padres: "Yo no me compraba nunca nada, no podía permitírmelo". Acusa al Gobierno de ayudar a la gente de a pie: "solo miran por lo que ellos les da la gana, por los más pobres no". Ana Rosa interviene indignada en algunos momentos: "No hay derecho". La viuda desde hace seis años, cuenta que contactó con el seguro al comprobar que no funcionaba su llave. El técnico intentó cambiar su cerradura cuando se sucedieron numerosos gritos desde el interior de la vivienda: "¡El piso es mío!". El hombre y la señora llamaron de inmediato a la policía. Las patrullas de policía, al ver salir una chica con un bebé, se retiraron con la promesa de irse en unos minutos. Pasada media hora, la joven volvió a aparecer, declarando que no se iba a marchar. Acto seguido, la policía acompañó a Ana a la comisaría para que interpusiera una denuncia.

La mujer no alquilaba el piso para que su hija, de 39 años, pudiera volver desde Barcelona, donde se encontraba de alquiler. Ana Rosa elogia a la viuda: "Eres una mujer trabajadora, eres un ejemplo". Además añade con orgullo: "Vosotros sois los que habéis hecho grande nuestro país". La presentadora concluye con una sentencia rotunda, y dice que la gente que okupa de esta manera "son unos delincuentes y se merecen la cárcel".

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