La madre de una joven arrollada en una avalancha de una discoteca: "Había 4.000 personas en un aforo de 1.800"

En la localidad catalana de Sant Cugat se produjo un suceso que pudo acabar en tragedia. Una avalancha de jóvenes arrolló a varias víctimas en el interior de una discoteca que duplicaba el aforo permitido en su interior. La madre de una de las afectadas cuenta toda la verdad en 'El programa de Ana Rosa'.

La noche de fiesta acabó con seis heridos. Uno de ellos confesaba en un audio: "No paraban de empujar, me pasaron por encima unas 50 personas, a amigas mías también...". Luego, la víctima de la poca seguridad en la discoteca explica: "Estaba sangrando, gente sangrando por la nariz y por la boca, otras personas sangrando por los pies, gente sin zapatos...".

Un auéntico drama que explica la madre de unas de las víctimas en directo: "Me llamó mi hija a las 23:10 horas de la noche llorando, diciendo que había una avalancha, que le pasó mucha gente por encima, que estaba sangrando...".

La mujer detalla que desde su domicilio hasta la discoteca había "unos 30 minutos", por lo que no dudó en salir "corriendo de casa y por el camino llamé al 112 para avisar de que esto había sucedido y que enviaran a una patrulla para ver qué pasaba exactamente".

"Cuando llegamos la situación estaba descontrolada, había muchos jóvenes saltando, gritando y corriendo al interior...", detalla la entrevistada. Luego cuenta: "Pude reencontrarme con mi hija que estaba asustadísima, lo único que quieres ahí es abrazarla y llevarla a casa. Atendieron a los heridos que había casi al instante", matiza la madre.

Por suerte, la madre de la víctima explica que todo "se quedó en una anécdota porque todo quedó en heridos leves, pero con mucho susto, eso sí".

Aforo descontrolado, sin seguridad y tras la avalancha dejaron entrar a más jóvenes

La mujer explica que su hija le ha contado cómo acudieron a la fiesta: "Fue una convocatoria a través de Instagram, había una lista donde te apuntabas y hacías una reserva de la entrada al recinto". Sin embargo, los jóvenes no sabían al gran peligro al que se exponían: "Las reservas subieron hasta 4.000 personas, el aforo era de 1.800, no lo entiendo, lo puedo entender...".

La madre, muy indignada, señala a la organización: "Si esperaban ese aforo, ¿por qué no había las medidas de seguridad previstas para acoger a esos jóvenes? No vimos ni una sola valla, personal de seguridad había como 20 personas....".

Lo más grave del asunto es lo que cuenta al final la madre: "Cuando llegué y estaba buscando a mi hija, pude comprobar cómo abrieron de nuevo la puerta de entrada... Volvieron a abrir las puertas y entraron los jóvenes de nuevo".