En la madrugada del 7 de julio de 2016 en la plaza del Castillo de Pamplona empezó todo. Tras conocerse, 'La Manada' y la víctima abandonaron juntos la plaza y llegan a un portal. El 'prenda' abrió la puerta mientras los otros besaban a la joven. 'La Manada' calla a la víctima e impide que grite. La agarran y acercan su mandíbula para practicar una felación. Según incluye el escrito de la sentencia, "la denunciante se sintió impresionada y sin capacidad de reacción. En ese momento notó como le desabrochaban la riñonera que la llevaba cruzada como le quitaban el sujetador y le desabrochaban el jersey que tenia atado en la cintura." Esto le produjo a la joven un "intenso agobio y desasosiego", que le produjo estupor y le hizo adoptar una actitud de sometimiento y pasividad. Una vez acabado el abuso, 'La Manada' se marcha y ella se sienta en un banco donde lloraba desconsolada cuando una pareja la encontró y llaman al servicio de emergencia. Horas más tarde la policía los identifica y los detiene