Las botas abandonadas por Sergio, claves para la detención por el crimen de Dana

Sergio, el presunto asesino de Dana Leonte, siempre declaró que cuando su novia desaparece Dana y en sus días posteriores él llevaba unas zapatillas de deporte. Sin embargo, la hija de Sergio de 10 años cuenta que un día, al ir al colegio, Sergio paró cerca de unos contenedores de basura, a 3 kilómetros de su casa, para recoger unas botas usadas que estaban escondidas en unos matorrales cercanos.

La explicación Sergio dio en ese momento a su hija es que él mismo las había dejado allí porque olían mucho. La niña contó lo sucedido a su madre y a su tía, la hermana de Sergio, y él pone como excusas que las botas tenían garrapatas y pulgas. La hermana de Sergio sospecha de este extraño comportamiento y le pregunta si ha hecho algo "de lo que se tenga que arrepentir". "Me da igual lo que pienses", es la respuesta del presunto asesino de Dana a su hermana.

Los compañeros de trabajo de Dana cuentan que él nunca había ido a trabajar en zapatillas, como él aseguraba a los investigadores. Los agentes confirman que Sergio compró unas botas en una ferretería días después tras la desaparición de Dana y sospechan que se deshizo de las anteriores. Algo parecido pasa con la vestimenta de Sergio. Según él, llevaba ropa de trabajo sucia y la camarera de una cafetería la ve a las 8 de la tarde con ropa de trabajo, aunque la niñera asegura que dos horas y media más tarde iba bien vestido, aseado, con vaqueros y zapatillas de deporte.

La Guardia Civil sospechó de Sergio desde el primer día. No solo por sus zapatos y la ropa. La conducta del novio de Dana sorprendió por la falta de preocupación y las bromas de que podría volver con otras mujeres. De hecho, Sergio flirteó con una exnovia e incluso con la niñera. En su actitud, Sergio dejaba ver que Dana jamás volvería. También les extrañó que llamara directamente al 112 antes de llamar a amigos y familiares de Dana para preguntar por la misteriosa desaparición.