En el pueblo de Palomero, Cáceres, un hombre ha matado a otro cortándolo con una motosierra y ha herido a su hermano con la misma máquina. Los agredidos, que eran hermanos, y el agresor estaban enfrentados por los olivares del pueblo, habían reñido anteriormente y la pelea acabó en tragedia.
Dos familias estaban enfrentadas durante muchos años, en el pueblo llegan a confesar que se odiaban y todo se originó por una disputa por los olivares: ambos poseían terrenos y eran colindantes. La riña empezó por culpa de un camino y el ancho de una verja.
Víctor y Ricardo, así se llamaban los hermanos, sospechaban de que Martial, el agresor, cortaba sus olivos cuando nadie le veía. De hecho, el asesino ya no vivía en el pueblo, pero acudía a él en Semana Santa para cuidar los olivos y volvía en octubre para recoger las aceitunas. Esta vez, los hermanos vieron que habían talado 15 de sus olivos coincidiendo, curiosamente, con la vuelta de su vecino de parcela al pueblo.
Tras saber que habían talado 15 de sus olivares, los hermanos decidieron seguir a Martial hasta el campo. Allí, el hombre estaba cortando más árboles a la altura del pecho del tronco y fue entonces cuando Víctor y Ricardo le recriminaron la actitud del sospechoso.
Una vez que los hermanos le llamaron la atención, Martial se abalanzó sobre Víctor con la motosierra, haciéndole un profundo corte en el estómago y otro en la espalda hasta acabar con su vida. Luego fue a por Ricardo, este sufrió unos cortes en los dedos y pudo salvar su vida gracias a una chapa metálica que llevaba su chaqueta.
Tras matar a una persona y agredir a otra, Martial se montó en su coche y se fue hasta el pueblo, donde dicen haberlo visto charlando tranquilamente tras el suceso. Luego, se desplazó hasta su domicilio donde fue detenido por los agentes de seguridad.