El pasado jueves vivimos uno de los finales más felices: Enke y sus hijos agarrados de la mano tras nueve meses de secuestro. 'El programa del verano' vivió todo el sufrimiento con la madre y, tras salir del juzgado, acompañó a la víctima durante las primeras horas junto a sus pequeños en Lisboa.
Enke bajó las escaleras con una sonrisa, junto a sus hijos. Sin embargo, cuando se abrazó a nuestra compañera se derrumbó entre lágrimas, soltando toda la presión que ha soportado sobre sus hombros durante estos largos y dolorosos meses.
"Os agradezco de todo corazón todo lo que habéis hecho por mí, para vosotros tampoco ha sido fácil, gracias de todo corazón", dice a la reportera sobre la unión que ha tenido el programa con ella.
Kristian y Amantia, de 11 y 10 años, salieron agarrados junto a su madre y con las cámaras del programa se fueron a disfrutar de la cálida tarde de Lisboa en un parque. Los niños no podían parar de sonreír, el niño no paraba de saltar y abrazar a Enke. La pequeña no puede esconder su sonrisa y la madre no puede esconder su eterna felicidad.
"No podemos parar de abrazarnos y de tocarnos", confiesa Enke todavía emocionada en el parque. Luego, sobre la pregunta de si sus hijos sabían realmente qué había ocurrido, la madre explica: "Me lo puedo imaginar; por ejemplo, Kristian me lo ha preguntado, que por qué no he estado con ellos todo este tiempo".
Los pequeños alemanes, secuestrados a manos de su padre en España y Portugal, confiesan a Enke después del reencuentro "no lo hemos pasado bien sin ti, mamá". Unas palabras que hacen a la víctima derrumbarse y ahora solo tener fuerzas de mirar hacia el futuro.