Los vecinos de Embajadores y la Cañada Real no aguantan más, están hartos de las cundas y los toxicómanos. Todos los días los toxicómanos ahuyentan a los clientes de bares y comercios y los culpan de la degradación el barrio. Pasan droga en plena calle, se cuelan en portales, orinan en los cubos de basura y generan miedo entre los vecinos.