En el vecindario sabían que Esteban Vacas García llevaba muchos años fugado, pero no podían imaginarse que todavía vivía entre ellos. El fugitivo, condenado a 16 años de cárcel por haber violado repetidamente a su hijastra, llevaba tres años oculto en la casa de la madre.
Tras hablar con varios vecinos, el periodista Luis Navarro llega hasta el edificio en el que fue detenido Vacas García. Allí, pregunta a una vecina, que resulta ser su madre.
Muy nerviosa, la madre del violador enseña el interior de la vivienda en la que fue detenido y vivió oculto durante tres años. Según la confesión del detenido, se escondía en un zulo que había construido bajo la encimera de la cocina de su madre.
La mujer muestra la cocina donde supuestamente se ocultaba el fugitivo, el baño, la habitación de él y el salón donde pasaba horas viendo la televisión y jugando a los videojuegos. “En tres años no ha salido ni de noche ni de día", comenta. Según el relato de la madre, el violador se pasaba el día sentado frente al televisor: "Su madre le traía el tabaco, que es lo que hacía, fumar y tomarse una cocacola”.
Posteriormente, la madre recuerda cómo llegó el fugitivo a su casa y justifica su decisión de ocultarlo. "Si usted llega un día llamando a la puerta de su madre. ¿Qué hace su madre? Le abre la puerta, ¿no?", le comenta al reportero. "Eso mismo hice yo: abrirle la puerta y dejarlo en mi casa". "Un día vino por la tarde y dijo 'vengo a quedarme'... Pues quédate, hijo", añade.
Asegura que no había ningún zulo oculto en la vivienda y está convencida de que su hijo es inocente. "Por lo que está juzgado no es culpable. ¿Pero qué violador mayor? Si mi hijo es un ignorante", dice entre lágrimas. "Confía plenamente en él".
Sobre la víctima, explica que "la niña tenía entonces 15 años y se iba todas las noches de fiesta". "Mi hijo no la dejaba ir... y ella no quería eso. Quería que mi hijo saliera de casa porque así con su madre podía hacer lo que ella quisiera".
Por último, asegura que volvería actuar igual, incluso si eso supusiera que fuera encarcelada. "Me comprometo ahora mismo hasta aquí arriba por mi hijo. Aunque lo lleven ahora mismo a la cárcel. Y si si lo vuelven a traer, lo vuelo a tener porque es mi hijo y ante él no se pone nadie. Y si me tengo que ir a la cárcel me voy 20 años, 40 años... Usted pregúntele a cualquier madre".