Gregorio Cano Beltri, condenado a 167 años de cárcel por 17 violaciones y 40 tentativas sale a la calle tras cumplir 20 años en prisión. El conocido como violador de la Verneda ha sido puesto en libertad esta madrugada. Él mismo no puede garantizar que está rehabilitado en sus primeras palabras tras salir de la prisión de Can Brians: "El programa que hay con los que han cometido mi delito es efectivo si uno quiere. Ahora hay que ver con el tiempo si es efectivo o no", dice. Además, ha pedido perdón a las víctimas: "Lamento mucho a las víctimas a las que hice tanto daño, estoy muy arrepentido, me he intentado quitar la vida varias veces".
Cano, considerado uno de los violadores más peligrosos de nuestro país, confesó hace tiempo que era un enfermo y que volvería a reincidir, llegando a solicitar hace años su castración química, que le fue denegada. La liberación del violador reincidente ha disparado las alarmas en el barrio de La Verneda, en el norte de Barcelona, donde se tema que pueda volver a actuar.
Un reportero de 'El programa de Ana Rosa' ha hablado con varios vecinos del barrio de La Verneda y del edificio en el que Gregorio Cano vive con su familia. Temen que no pueda controlar sus impulsos y que vuelva a atacar. La abogada de las víctimas, María José Varela, ha mostrado su descontento con la liberación de Gregorio. “En el momento en el que sale hay una alarma porque hay un riesgo real. Está en riesgo cualquier mujer joven”, afirma.
Gregorio Cano tenía 27 años cuando fue detenido en 1998 por violar 17 mujeres y de intentarlo con al menos 40. Cano empezó a agredir en su barrio durante los fines de semana después de la media noche. Su modus operandi era siempre el mismo: obligaba a las mujeres a hacerle felaciones a punta de navaja. Extendió su radio a otros barrios y también empezó a actuar entre semana. Para arrestarlo una policía hizo de cebo.
El psiquiatra José Miguel Gaona ha explilcado en el plató que la rehabilitación de un violador "depende mucho del perfil y lo permeables que sean a la terapia". "Es tremendamente complicado porque si decimos que el origen de la violación consiste solo en una cuestión hormonal, parece lógico prescribir anti hormonas de tipo sexual, pero se ha visto que no funciona". "El problema está en la cabeza y no entre las piernas", comenta al respecto Gaona.