Es fan de Julio Iglesias y fue jugador de baloncesto: el lado más desconocido de Dani Martínez

El presentador de 'La Noche del Gran Show' empezó imitando a profesores y compañeros en su colegio
Así es Hospital de Órbigo, el pueblo de León en el que creció Dani Martínez
Dani Martínez es una de las estrellas más rutilantes del universo Mediaset. El presentador de ‘La Noche del Gran Show’ sorprende en cada proyecto profesional en el que se embarca, pero el nivel de impacto se dispara hasta el infinito cuando profundizamos en los detalles más desconocidos de su vida personal.
Con alma gamberra desde niño, Dani Martínez dio muestras de su talento desde muy joven. Su facilidad para imitar voces le convirtieron en una auténtica estrella en el colegio de los Padres Agustinos de León donde estudió. Entre clase y clase el presentador imitaba sus compañeros, a los profesores y a los famosos de la época. Hoy en día, a sus 42 años, mantiene intacta esa habilidad.
Fue jugador de baloncesto
Deportista desde siempre, en sus años mozos jugó en el Club Baloncesto León y guarda muy buenos recuerdos de su época de canterano. En la actualidad mantiene la pasión por el basket y se define a sí mismo como “un enfermo de la NBA”. Reconoce también que vibra con los equipos nacionales y que “sigo mucho la liga ACB”.
Fan incondicional de Julio Iglesias
Sorprende saber que Dani Martínez es uno de los mayores fans de Julio Iglesias. Incondicional del padre de Chábeli desde niño, el presentador controla como nadie la trayectoria musical del intérprete de ‘La Vida Sigue Igual’ y es un gran defensor de su legado. Tan fan es del artista que durante varios años ha llevado al hijo de Papuchi como fondo de su pantalla del móvil. “Quiero que cuando me entierren suene su canción ‘La Carretera’”, dijo en una ocasión.
Extremadamente puntual
El leonés ama que las cosas tengan lugar en su momento programado. Enemigo declarado de la impuntualidad, cumple religiosamente con el principio de respetar los horarios acordados para todos los diferentes momentos de su vida. Él mismo ha llegado a asegurar que ha su atención a las manecillas del reloj rozan el extremismo. “Lo peor que nadie puede decirme es: ‘llego tarde’”, aseguró una vez en una entrevista.

