Guardamar del Segura: tradición, sabor y turismo alrededor de la ñora y el langostino
La ñora y el langostino de Guardamar son protagonistas de una cocina tradicional y creativa. Su calidad y singularidad han impulsado eventos como la Setmana Gastronòmica, que celebra la riqueza culinaria local.
El turismo gastronómico en Guardamar se enriquece con rutas, mercados y experiencias culturales.
Guardamar del Segura combina historia, naturaleza y gastronomía en un entorno mediterráneo único. Sus playas vírgenes, restos arqueológicos y productos locales como la ñora y el langostino lo convierten en un destino completo.
Guardamar del Segura, se encuentra en el extremo sur de la provincia de Alicante, y es uno de esos lugares donde historia, naturaleza y gastronomía se entrelazan para ofrecer una experiencia completa al visitante. Sus playas, dunas y pinares -hoy en día con gran parte de espacio protegido- así como los restos arqueológicos de la zona hacen de este lugar un destino privilegiado del Mediterráneo. La visita a la zona se complementa con la cata de dos productos autóctonos: la ñora y el langostino de Guardamar. La singularidad de estos productos ha situado esta localidad en boca de gastrónomos y viajes.
La ñora de Guardamar, una joya de la huerta mediterránea
La ñora es un pimiento rojo de bola, de sabor dulce e intenso aroma, que se cultiva en las huertas próximas al río y que se seca tradicionalmente al sol, en Guardamar, suele hacerse sobre la arena de las dunas. Aunque se pueden encontrar ñoras en otras zonas del litoral, la ñora de Guardamar posee un carácter particular que obtiene gracias a las condiciones del terreno y al clima suave que aporta el Mediterráneo.
La ñora ha sido durante siglos la base de innumerables recetas. Su uso es esencial en arroces marineros, fideuàs, guisos de pescado y salsas como el popular “suc de peix”. Pero más allá de la cocina doméstica, hoy en día la ñora se reivindica en la alta gastronomía. Allí es donde chefs la emplean en emulsiones, cremas, reducciones… o donde adquiere un protagonismo especial en postres y cócteles.
El langostino de Guardamar
El langostino de Guardamar se cría en un ecosistema privilegiado —donde confluyen las aguas dulces del Segura con las saladas del Mediterráneo—, que hace que este crustáceo adquiera una textura y un sabor únicos. Visualmente, el langostino de Guardamar es inconfundible por su cola tricolor, que mezcla tonalidades moradas, rojas y amarillas. Su carne, delicada y sabrosa, lo convierte en un producto muy apreciado en los mercados gastronómicos nacionales e internacionales.
La Setmana Gastronòmica de la Nyora i el Llagostí
Tanto la ñora como el langostino de Guardamar adquieren en la zona un valor cultural añadido, ya que en torno a ellos se celebra desde 2005 la Setmana Gastronòmica de la Nyora i el Llagostí, un evento que ha situado a la localidad en el calendario culinario de la Comunitat Valenciana. Durante varios días, restaurantes locales y chefs invitados menús en los que la creatividad se combina con el respeto a la tradición.
Platos como el arroz meloso con langostinos, el arroz a banda, arroz con conejo, arroz con calamares, el caldero, la fideuà con ñora, las croquetas de gamba roja y ñora o incluso reinterpretaciones modernas como ceviches y carpaccios con matices de ñora se convierten en protagonistas. La cita atrae tanto a vecinos como a visitantes de toda la región y supone una oportunidad única para descubrir cómo dos productos tan distintos pueden formar una pareja gastronómica perfecta. Una fiesta en la que el visitante podrá además disfrutar de actividades culturales, jornadas y eventos en torno a estos productos.
Turismo gastronómico: probar y visitar el origen
La consolidación de la ñora y el langostino como símbolos locales ha potenciado en Guardamar un modelo de turismo gastronómico que complementa la oferta de sol y playa. Los visitantes que llegan atraídos por las playas vírgenes o los bosques de dunas descubren también un universo culinario con raíces profundas.
En Guardamar del Segura existen rutas gastronómicas que combinan la visita a mercados locales, como el mercadillo de los miércoles, con degustaciones en bares tradicionales. Algunos itinerarios incluyen paradas en las huertas donde todavía se cultiva la ñora, o en la lonja pesquera, donde cada tarde se subastan los langostinos recién llegados del mar. Terminar una de estas jornadas en un restaurante o casa de comida que reivindica el uso de estos productos autóctonos es poner el broche a de oro a una jornada gastronómica.
Patrimonio cultural y natural: el contexto que da sentido al sabor
La experiencia gastronómica de Guardamar no puede entenderse fuera de su contexto. Este disfrute proveniente de lo culinario se complementa con una visita turística local ya que el municipio alberga un patrimonio histórico que se remonta a íberos, fenicios y árabes (culturas todas ellas que han dejado huella en la cocina local). El Castillo de Guardamar, el yacimiento fenicio de La Fonteta, la Rábita Califal o las dunas forestales plantadas en el siglo XIX como defensa contra la desertificación son parte del relato que enmarca los productos de la tierra y el mar. Guardamar del Segura ofrece kilómetros de playa en uno de los litorales más cuidados del Mediterráneo. El 70% de este litoral son playas naturales con dunas y pinares y albergan dos importantes yacimientos arqueológicos.
Guardamar del Segura es un destino completo, ideal para quienes desean combinar descanso con experiencias culturales y sensoriales.