El gesto que hay que copiar a los italianos al beber café para apreciar todos sus matices

Esta costumbre está muy extendida en Italia y ayuda a saborear más el café
Italia es uno de los países que más cuidado y atención ponen en la elaboración y preparación de esta bebida
Café de especialidad a tres euros, ¿es oro todo lo que reluce?
Seguramente el café es una de las bebidas que más adeptos tiene alrededor del mundo, aunque en pocos lugares se elabora y prepara con tanto mimo como en Italia. Allí prácticamente es una religión. Además de ser la cuna del espresso, el país transalpino siempre ha destacado por la pasión con la que sus ciudadanos hacen las cosas y su facilidad para crear tendencias a todos los niveles socioculturales. Precisamente, una de las costumbres más extendidas en la península itálica relativas al consumo de café cada vez es más frecuente fuera de sus fronteras. Y lo cierto es que debería ser copiada y seguida por el resto de amantes de esta bebida.
Los expertos y amantes del café, y en Italia hay casi tantos de lo primero como de lo segundo, recomiendan acompañar la taza de café con un vaso de agua. La razón es simple: beber agua antes limpiará la boca de sabores previos y ayudará a que las papilas gustativas puedan explotar todos los matices que tiene el café. Un gesto muy simple y muy habitual en los italianos, no en vano surgió en los tostadores de café de ese país mediterráneo, y que deberíamos copiar todos los amantes de la oscura bebida para disfrutarla de la mejor manera posible.
El agua, mejor tomarlo antes del café
De la misma manera, hay quienes erróneamente beben el agua después de tomar el café, con lo que eliminan de la boca los matices que aún permanecían ya que el agua limpiará la boca de todo rastro previo.
Una práctica, eso sí, que algunos recomiendan buscando mantener una buena hidratación, pero que, en lo que al mero disfrute placentero del café, está desaconsejada. Primero el agua, después el café. Cada cosa a su debido tiempo.
Y es que un buen café no sólo necesita atención durante su elaboración sino que a la hora de consumirlo también hay que hacerlo de una manera en la que se consigan saborear todos los detalles que alberga en su composición. Si al pedir un café en una cafetería te lo sirven con un vaso de agua, es ahí.
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