¿Es más sano tomarte un refresco de cola o una cerveza?

Refresco de cola
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Puede parecer un debate absurdo porque viene a ser como elegir entre susto o muerte (entiéndase con humor), pero se trata de una pregunta que se repite a menudo en muchas conversaciones de bar. Así que a continuación trataremos de dar una respuesta. Para poder establecer comparaciones, tomaremos como referencia en ambos casos una lata de tamaño estándar, es decir, de 33 cl.  

Los aspectos que preocupan en un refresco de cola: el azúcar 

Si nos fijamos en la composición de un refresco de cola convencional veremos que lo más destacable en cuanto a los aspectos relacionados con la salud es su elevado contenido de azúcar. La marca más consumida contiene un 10,6% de azúcares, lo que significa que cuando tomamos una lata de 33 cl. estamos ingiriendo 35 gramos de azúcar. Para hacernos una idea, esto equivale a unas siete cucharaditas. Es decir, se trata de una cantidad muy considerable. El consumo habitual de cantidades importantes de azúcar incrementa el riesgo de sufrir caries, obesidad, diabetes tipo 2 y otras enfermedades metabólicas.  

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Por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo de azúcares debe representar menos del 10% de la ingesta calórica total diaria. Eso significa que una persona adulta no debería consumir más de 50 gramos de azúcar en un día. También indica que si la ingesta diaria se reduce a menos del 5% se obtendrán beneficios adicionales, lo que equivale a 25 gramos de azúcar. Como podemos ver, el consumo de una sola lata de refresco de cola ya supera esta cantidad.

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En cualquier caso, esas recomendaciones de la OMS han recibido numerosas críticas por parte de quienes consideran que las cantidades indicadas están establecidas de forma un tanto arbitraria.  

Por eso quizá es más recomendable acudir a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que trató de establecer también un límite para hacer recomendaciones en torno a la salud. Sin embargo, después de analizar miles de estudios no pudieron fijar un consumo máximo tolerable y recomiendan que el consumo de azúcares añadidos debe ser lo más bajo posible. Es decir, esto significa que deberíamos evitar el consumo de refrescos azucarados en la medida de lo posible.  

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Los aspectos que preocupan de una cerveza: el alcohol 

Como podemos imaginar, el aspecto que más preocupa de una cerveza es el contenido de alcohol, que está en torno al 5%. Eso significa que cuando bebemos una lata de 33 cl. estamos ingiriendo unos 14 gramos de alcohol.  

El consumo de alcohol, incluso en cantidades moderadas, aumenta el riesgo de sufrir diferentes enfermedades, como daño hepático, enfermedades cardiovasculares o diferentes tipos de cáncer. Además, se trata de una fuente de “calorías vacías”, es decir, “sin nutrientes” (concretamente unas 150 kcal. por cada lata), de modo que el consumo de alcohol también aumenta el riesgo de sufrir obesidad y enfermedades asociadas a ella. Así pues, lo recomendable es evitar el consumo de alcohol.

Cervezas

¿Y qué pasa si optamos por versiones 'sin'? 

Si el problema de un refresco de cola es el azúcar y el de una cerveza es el alcohol, podríamos pensar que la solución está en consumir las versiones sin azúcar y sin alcohol, respectivamente. En principio son mejores opciones, sobre todo si hablamos de la cerveza, donde no cabe ninguna duda. Pero analicémoslo con más detalle.  

Refresco de cola sin azúcar 

En un refresco de cola sin azúcar se suelen utilizar edulcorantes como aspartamo, acesulfamo potásico o sucralosa. Esto supone varias ventajas evidentes. Al no contener azúcar, su aporte de calorías es prácticamente nulo, no provoca caries y no plantea los problemas asociados al consumo excesivo de azúcar, como diabetes tipo 2.  

Por otra parte, hay que considerar que los edulcorantes son compuestos que son seguros para la salud, pero existe cierta controversia en cuanto a su impacto sobre algunos aspectos. Por ejemplo, algunos estudios sugieren que ciertos edulcorantes podrían alterar la microbiota intestinal. Además, podrían aumentar el aumento del deseo por los alimentos dulces, lo que podría conducir a patrones dietéticos poco recomendables.  

Cerveza sin alcohol 

En lo que respecta a la cerveza sin alcohol también presenta ventajas evidentes ya que, al no contener ese compuesto, se evitan los riesgos asociados a él que ya comentamos anteriormente: daño hepático, diferentes tipos de cáncer, etc. Además reducimos notablemente la ingesta de calorías (encontramos unas 50 kcal. por lata, frente a las 150 kcal. de la versión convencional).  

Quizá el único inconveniente es el contenido de azúcares libres, procedentes de la cebada, que por lo general suponen unos 4 g por cada 100 ml, es decir, unos 13 g de azúcares por lata. 

El ranking final 

Si tuviéramos que hacer una clasificación comparando estas cuatro bebidas, ya podemos imaginar las conclusiones: 

  • Si comparamos un refresco de cola con una cerveza, el refresco sería mala opción por su elevado contenido en azúcar, mientras que la cerveza también sería una mala opción por su contenido en alcohol. Es decir, ninguna opción es buena, pero si hay que elegir una, podríamos decir que es peor la cerveza porque no existe una dosis segura de consumo de alcohol. 
  • Si comparamos refresco de cola sin azúcar frente a cerveza sin alcohol, podríamos decir que es mejor esta última opción porque no plantea las incertidumbres que sí presentan los edulcorantes.  

En definitiva, la mejor opción de las cuatro sería la cerveza sin alcohol. De todos modos, es mejor priorizar otras bebidas más recomendables, como el agua. 

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