Cómo saber si tienes SIBO, según dos expertas: "Vigila los problemas de piel"

Las expertas Asun González y Carmen Salas son las autoras de '¿Qué como con SIBO?', donde desgranan las claves de este desequilibrio en la microbiota intestinal
Si bien el síntoma más característico es la hinchazón abdominal hay otros muchos a los que estar atento
Hasta hace apenas unos años pocas personas conocían qué es el SIBO (las siglas de Small Intestinal Bacterial Overgrowth). Sin embargo, poco a poco se ha comenzado a hablar sobre ello y a concienciar sobre la salud gastrointestinal y aquellos alimentos que, pese a ser un gran placer darles un mordisco, no están siendo el mejor aliado para el estómago. De todo esto nace ‘¿Qué como con SIBO?’ (Alienta), el libro de Asun González y Carmen Salas en el que proponen 60 recetas antiinflamatorias para proteger la salud intestinal sin necesidad de hacer grandes cambios en la dieta ni hacer aburridas las comidas.
González es bióloga y asesora nutricional especializada en salud digestiva, mientras que Salas, conocida en redes sociales como ‘Spicy Krmen’, es fisioterapeuta y divulgadora sobra salud, alimentación y nutrición. Las expertas explican que el SIBO es "un sobrecrecimiento de bacterias en el intestino delgado. No es una infección, sino un desequilibrio en la microbiota intestinal: hay más microorganismos de los que debería o están en un sitio donde no deberían estar. Eso provoca síntomas como hinchazón, gases, dolor o malestar digestivo. Es una señal de que algo no va bien en tu microbiota, ese ecosistema invisible que cohabita contigo y que es clave para tu salud".
¿Por qué en los últimos años se ha empezado a hablar tanto de SIBO?
Porque por fin se está visibilizando. Por un lado, cada vez hay más personas con síntomas digestivos y con desequilibrios en la microbiota intestinal, y por otro, el SIBO se conoce más y su prueba está más disponible. También hay más conciencia sobre la importancia del intestino en la salud.
El SIBO existe desde hace más de 100 años, pero no se diagnosticaba. Hoy hay más conciencia sobre la microbiota, más estudios, la prueba es sencilla y accesible. Muchas personas que antes eran diagnosticadas con “intestino irritable” sin más, descubren que lo que tienen es SIBO, y que tiene solución si se aborda correctamente. Esto es una buena noticia. No obstante, el SIBO no es una moda, no se debe sobre diagnosticar o 'etiquetar' a la persona sin más, sin buscar la causa que lo provoca y abordar de forma adecuada el desequilibrio.
¿Cuáles son los primeros síntomas a los que habría que estar atentos?
El más característico es la hinchazón abdominal que aparece justo después de comer: te levantas con el vientre plano y por la tarde/noche pareces una embarazada, con la tripa dura e hinchada. También es habitual tener diarrea y estreñimiento, digestiones pesadas, intolerancias alimentarias, problemas de piel y fatiga, entre otros. Si no se trata, puede derivar en déficit nutricionales y agravar otros problemas de salud.
¿Siempre que esos síntomas se manifiestan es por SIBO?
No, no siempre. El SIBO es una causa frecuente, pero no la única. Además, el SIBO es causa, pero a la vez consecuencia de algún problema mayor o de la toma de fármacos como antibióticos o inhibidores de la bomba de protones. Los síntomas son muy inespecíficos, pueden confundirse con celiaquía, enfermedades inflamatorias, otras disbiosis y otros problemas. Por eso es importante hacer una prueba específica, buscar siempre la causa de fondo y tratar a la persona en su conjunto.
¿Cómo se diagnostica?
Mediante una prueba de aire espirado. Se toma agua con lactulosa (o glucosa) y luego se miden los gases que exhalas durante dos o tres horas. También puede ocurrir que, ante síntomas muy característicos como esa distensión abdominal y una buena historia clínica, el profesional tenga claro que tenemos SIBO y no necesite una prueba diagnóstica.
¿Qué tipos de SIBO hay? ¿Cómo se diferencian?
Hay tres tipos: SIBO de hidrógeno, SIBO de metano o IMO (típicamente causa estreñimiento, aunque no siempre) y SIBO de sulfuro (diarrea y gases con olor a azufre, y síntomas más sistémicos como sensación de intoxicación, fatiga, niebla mental, dolor articular…). Se diferencian por el gas elevado en la prueba y por estos síntomas más típicos, pero cada persona es diferente y además se pueden tener varios a la vez o de forma consecutiva.
¿Qué alimentos deberían no estar presentes en la dieta de una persona con SIBO?
Sin duda los ultraprocesados, azúcares, alcohol y otra comida basura. Estos productos son causa directa de SIBO y hay personas que ya solo cambiando esto, mejoran.
Lo primero que hay que hacer es eliminar lo que nos daña y asegurar una buena alimentación pesco-mediterránea basada en verduras y pescado. Por último, si hay síntomas graves y siempre bajo consejo profesional, reducir temporalmente alimentos altos en FODMAP, histamina o sulfuro, siempre de forma personalizada y con posterior reintroducción. La clave es evitar una espiral de restricción que dañe aún más la microbiota.
