Helados: ¿mejor de nata o de hielo?

¿Qué helado te gusta más?. getty images
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“Si quieres un helado cómpralo de nata; de hielo no, que no alimenta”. Cuántas veces habremos oído esa frase. Incluso puede que ahora se la digamos a nuestros hijos. Y es que cuando se trata de helados siempre hemos hecho esos dos grupos: por un lado, los que supuestamente están elaborados con grasa láctea y que tienen imagen de ser mejores y más nutritivos y, por otro lado, los que parecen estar elaborados simplemente con agua, colorantes, azúcares y poco más. Pero la realidad es un poco más compleja.  

Estos son los tipos de helados que existen 

Aunque coloquialmente siempre hemos hecho dos categorías, hielo y nata, lo cierto es que existen bastantes más. Podemos comprobarlo si leemos la etiqueta de los helados y más concretamente la denominación de venta, que suele mostrarse junto a la lista de ingredientes. Así podremos saber a qué categoría pertenece cada uno y qué características tiene: 

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  • Helado crema. Está elaborado a partir de dos ingredientes lácteos: grasa (nata o mantequilla), que debe estar en una proporción de al menos un 8%, y proteínas (al menos un 2,5%). 
  • Helado de leche: como su nombre indica, está elaborado con leche. Tiene que contener al menos un 2,5% de grasa láctea y un 6% de extracto seco magro lácteo (generalmente proteínas). 
  • Helado de leche desnatada: en este caso el nombre también nos da una pista. Este helado está elaborado con leche desnatada y debe contener como máximo un 0,3% de grasa láctea y al menos un 6% de extracto seco magro lácteo. 
  • Helado: se elabora con proteínas que proceden de la leche y con grasa (al menos un 5%) que puede ser de diferente origen. Generalmente se utiliza grasa de coco, combinada con otras materias grasas, como mantequilla o aceites vegetales; por ejemplo de girasol, de colza o de carité. 
  • Helado de agua: contiene como mínimo un 12% de extracto seco total, es decir, como máximo contiene un 88% de agua. 
  • Sorbete: Debe contener al menos un 15% de frutas y un 20% de extracto seco total, es decir, como mucho puede contener un 80% de agua.  

¿Helados de nata? 

Es importante conocer las diferentes categorías de helados que existen porque, como acabamos de ver, los helados que generalmente llamamos helados de nata pueden ser de diferentes tipos y, aunque todos ellos deben tener algún ingrediente lácteo, no en todos los casos tiene por qué ser nata. Por ejemplo, los que se clasifican dentro de la categoría helado deben estar elaborados con proteínas lácteas, pero la materia grasa suele ser grasa de coco, que es mucho menos interesante que la nata, tanto por su sabor como por su composición nutricional (la grasa de coco contiene una elevada proporción de grasas saturadas). 

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Así pues, si queremos englobar todos estos helados en un grupo, quizá sería más adecuado llamarlos helados de leche. En este grupo, no cabe duda de que el helado más apreciado desde el punto de vista comercial es el helado de crema, elaborado con al menos un 2,5% de proteínas lácteas y al menos un 8% de grasa láctea (nata o mantequilla). Esta última aporta un agradable sabor a nata y una textura cremosa, que son dos de los atributos más valorados en un helado de este tipo.  

¿Helados de hielo?

En lo que respecta a los helados de agua, ocurre algo parecido. Es decir, existen diferentes categorías porque no todos son iguales. Podríamos llamarlos helados de hielo. Como podemos imaginar, en este caso los más interesantes son los sorbetes, con al menos un 15% de frutas.

Entonces, ¿con cuál nos quedamos?

A la hora de elegir debemos tener presente qué estamos buscando. Como hemos mencionado, los helados de crema son los más apreciados desde el punto de vista gastronómico, debido a su sabor lácteo y su textura cremosa, que se consigue gracias a sus ingredientes lácteos. Pero si lo que buscamos es algo refrescante, sería más adecuado un sorbete, que generalmente no contiene grasa y tiene una alta proporción de agua. 

Si queremos hacer una comparación nutricional, los helados de crema son interesantes por sus ingredientes lácteos (grasa y proteínas), pero no todos los helados de nata lo son realmente. Recordemos que muchos contienen grasa de coco en lugar de grasa láctea. De todos modos, estos tipos de helados contienen proporciones de grasa y de azúcares bastante significativas, y por consiguiente, también un notable aporte calórico, así que no resultan interesantes desde el punto de vista nutricional y de la salud.  

En este aspecto, los helados de hielo tienen la ventaja de no contener grasas (o tener muy poca cantidad) y tener menos azúcares, lo que implica un menor aporte calórico.  

Estas diferencias son importantes, sobre todo si consumimos helados de forma habitual. También conviene tenerlo en cuenta en caso de que los helados vayan a ser consumidos por niños: algunos helados de leche tienen un aporte de azúcares, grasa y calorías muy altos para esas edades.  

En cualquier caso, lo que debemos tener claro es que los helados deberíamos destinarlos a un consumo puntual y disfrutarlos en el contexto de una vida saludable, sin obsesionarnos con su composición ni culpabilizarnos por comerlos.