El truco para hacer el café con hielo perfecto sin aguarlo
Lo malo de café con hielo es que puede terminar aguando la bebida y perdiendo algunos aromas y sabores
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El verano es la temporada perfecta para tomarse un buen café con hielo, aunque hay quien le da igual que sea verano, invierno u otoño, que el café siempre lo prefiere con hielo. Desde luego esta combinación, especialmente ahora que las temperaturas son bastante altas, ayuda a seguir consumiendo la bebida favorita de muchos sin la que son incapaces de comenzar el día. Ahora bien, hay que tener en cuenta algunas cosas para evitar que nuestro café con hielo termine aguado y no sea tan placentero tomárnoslo.
Tomar el café fresquito puede tener sus consecuencias al añadirle el hielo. Y es que con el contraste de la temperatura se nos puede aguar y, por tanto, no nos va a gustar tanto y su sabor va a perder bastante, más aún si se trata de un café de especialidad. Sin embargo, hay algún que otro truco para evitar que esto ocurra.
Hielo de café
Un método que muchos utilizan es que, en lugar de usar el hielo de siempre, el hecho con agua, congelan en cubitos de café y lo que añaden es hielo de café, logrando intensificar su sabor.
Los cubitos de hielo de café se pueden hacer fácilmente dejando enfriar el café recién hecho y vertiéndolo en una cubitera para congelador y se refrigera. Así, tendrás siempre preparados unos cubos de hielo de café ya listos que, cuando se derritan, no aguarán tu café, sino que se mezclará con el que tenías hecho y podrá potenciar su aroma.
Ahora bien, este truco requiere de tener cierta previsión y no olvidarse de que tienes esos cubitos preparados, ya que si pasan muchos días en el congelador terminarán perdiendo algunos de sus sabores y aromas y adquiriendo otros de los productos con los que comparten congelador.
Prepara un café más fuerte
Por otra parte, para contrarrestar el agua que va soltando el hielo en el café también se puede preparar esté con una concentración más fuerte, por lo que aunque se vaya aguando un poco, mantendrá el sabor al que estás acostumbrado debido a que el café estaba más fuerte.
¿Cómo lo puedes hacer? Con un café más fuerte del que sueles utilizar en tu día a día o también, en caso de que utilices una cafetera italiana o de filtro, reduciendo el agua que utilizas para que así el café termine estando más concentrado y con un sabor más potente que no se diluya con el hielo.