Charles Kaisin, el gurú de las cenas extravagantes que ya le organizó su cumpleaños a Cher
El diseñador belga ha organizado eventos en el casino de Montecarlo y el castillo de Chambord
Sus pintorescas presentaciones lo han llevado a colaborar con numerosas marcas de lujo
Organizar una fiesta de cumpleaños o una cena inolvidable no es lo mismo para el común de los mortales que para una gran marca o un famoso de primer nivel. Cher celebró su llegada a los 78 años en 2024 en compañía de su novio Alexander Edwards, productor musical de 38 años, y sus amigos en Cannes (Francia). Las imágenes del evento que se difundieron en Internet muestran a la cantante en una mesa con velas y arreglos florales mientras detrás de ellas aparecen unos animadores venidos del futuro. Van con monos plateados, llevan bolas de espejos tapando sus cabezas, lanzan una lluvia de confeti dorado y bailan.
El encargado de esta extravagante escenografía fue Charles Kaisin, un diseñador que se dedica a crear cenas surrealistas. Tras finalizar sus estudios de Arquitectura en su país, Bélgica, se mudó a Londres en los 90 para acudir a la prestigiosa escuela de arte Central Saint Martins y formarse en diseño industrial. También pasó por la influyente universidad británica Royal College of Art y estuvo un año en la Universidad de Kioto. Durante su tiempo en Japón, investigó sobre el origami, que utiliza en muchas de sus instalaciones.
“Las cenas surrealistas nacieron a partir de una fiesta privada de Charles y están tomando una dimensión internacional en el mundo del lujo y el arte”, expone la página web del belga. Estos proyectos combinan una cuidada oferta gastronómica y una pintoresca presentación, con camareros que llevan uniformes poco corrientes. El artista ha colaborado con firmas como Hermès, Cartier, Rolls-Royce, Delvaux, Louis Roederer, Ice-Watch y Val Saint Lambert.
Las cenas surrealistas y lujosas de Charles Kaisin
Una de las primeras cenas surrealistas que Charles Kaisin enseña entre sus trabajos tuvo lugar en el hotel Ritz-Carlton de Tokio en 2016. El evento se organizó aprovechando la visita oficial de los reyes de Bélgica a Japón. Sirvió para promocionar los relojes de Ice-Watch, que se utilizaron como servilleteros y que lucieron los camareros. Un espectacular cambio de mantel y el uso de globos de colores para destapar uno de los platos fueron los puntos álgidos del evento.
Otro de estas cenas en 2017 se tituló 'L'art du jeu, le jeu de l'art' ('El arte del juego, el juego del arte') y llevó al diseñador al casino de Montecarlo (Mónaco). El chef Franck Cerutti fue el responsable del menú que sirvieron unos camareros con llamativos atuendos sobre platos que giraban como una ruleta. Entre los momentos más espectaculares de la velada, sobresale uno en el que el espacio se quedó a oscuras y el personal lucía sobre sus cabezas neones con los palos de la baraja francesa.
El Centro Pompidou de París albergó en 2018 otra de sus cenas, en las que el artista optó por el blanco y negro como temática. Líneas en estos dos colores se usaron para la vestimenta del personal que trabajó en el museo, las sillas, los manteles e incluso algunas piezas de la vajilla.
Una piscina de Bruselas fue el escenario en torno al cual Charles Kaisin organizó una cena inspirada en las obras de Julio Verne en 2018. Los camareros se disfrazaron de medusas y de champiñones. No faltó un número de natación sincronizada. El chef Yves Mattagne fue el responsable del menú y el chocolatero Pierre Marcolini el encargado del postre.
El diseñador ha colaborado en más de una ocasión con Julie Andrieu, popular presentadora y crítica gastronómica francesa. El belga creó para uno de sus programas de televisión una escenografía inspirada en las costumbres culinarias del Renacimiento y la historia del castillo de Chambord junto a dicho edificio en 2018. El espectacular banquete contó con el chef Didier Clément.
Andrieu y Kaisin se reunieron para otra aventura televisiva en 2019, año en el que montaron un festín al estilo de la belle époque en la Costa Azul de Francia. Dominique Le Stanc fue el chef que los acompañó en este proyecto creativo, que se materializó en una cena celebrada en un entorno natural. Los espectadores pudieron ver sombrillas llenas de flores, macetas coronando las cabezas de los camareros y sombreros propios del siglo XIX.