El truco infalible de Martín Berasategui para hacer los huevos fritos perfectos

Hacer un huevo frito bien hecho no es tan sencillo como parece
Martín Berasategui da el truco que aprendió de su madre y su tía para conseguir el huevo frito perfecto
Aunque la temperatura del aceite es clave, la miga de pan es infalible para un buen resultado
Los huevos son unos de los grandes imprescindibles de las despensas de los españoles por la versatilidad que tienen a la hora de preparar platos o hacer determinadas elaboraciones. Más aún ahora que se ha puesto de moda hacer las yemas de huevo untables o las yemas curadas en soja, recetas fáciles de preparar en casa y con las que se consiguen preparaciones diferentes que demuestran las posibilidades de los huevos. Ahora bien, nada como unos buenos huevos fritos.
Aunque es cierto que es un plato muy fácil de hacer, no a todo el mundo le quedan igual. Ahí es donde entran algunas claves que hay que tener en cuenta para que la clara quede bien hecha, con su puntilla crujiente, y la yema blandita y líquida para poder mojar pan o lo que más te guste. Un resultado que no es sencillo de conseguir, pero para el que Martín Berasategui ha desvelado sus trucos infalibles para lograrlo.
El chef cuenta actualmente con un total de 11 estrellas Michelin repartidas entre seis de sus restaurantes que, si bien podrían ser 12 estrellas, en 2024 el vasco puso fin a su relación con el restaurante El Club Allard de Madrid, que contaba con una estrella de la guía roja.
Los trucos de Berasategui
Un buen huevo frito tiene su técnica, hasta Mikel López Iturriaga, el Comidista, nos lo decía en una entrevista: “hacer bien un huevo frito no es tan fácil”. Por eso mismo Berasategui siempre ha seguido los consejos de su madre y su tía cuando los hace, que es echar una miga de pan en el aceite humeante para controlar la temperatura. “La miga de pan es el mejor chivato que hay”, explicaba el renombrado chef en la Cadena Ser.
Uno de los pasos más importantes es que el aceite de oliva esté bien caliente antes de echar el huevo que, según su experiencia, lo ideal es “cascarlo a una taza para deslizarlo más fácil a la fritura”.

La puntilla, el borde crujiente del huevo, se consigue con el aceite humeante. No obstante, es un paso complicado a la vez que rápido, ya que también hay que vigilar la yema para que no se llegue a cuajar.
Además, Martín Berasategui aconseja sacar el huevo siempre con una espumadera, aunque bajo su experiencia subraya que es importante dejarla reposar unos segundos sobre el aceite caliente y luego recoger el huevo, lo que permitirá que este no se pegue al utensilio y se deslice bien a la hora de servirlo para conseguir el huevo frito perfecto: con puntilla, la clara bien cocinada y la yema blanda y líquida.
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