Morcilla de Burgos: una receta fácil con la que te chuparás los dedos
La receta canónica dice que debe estar sosa, sabrosa y picosa
La pizzeria madrileña entre las diez mejores del mundo
Seguramente ‘que te den morcilla’ sea el desprecio más desafortunado que existe. Por lo grosero que tiene el asunto y porque pocas cosas mejores que un obsequio inesperado en forma de morcilla. Da igual su origen, está buenísima. Aunque en esta ocasión nos vamos a centrar en la de Burgos, un embutido con Indicación Geográfica Protegida (IGP) lo que ya da una idea de su arraigo y de su calidad gastronómica.
La reputación de la morcilla de Burgos no alcanza cotas tan altas como las de las agujas de la catedral burgalesa, pero desde luego, en términos gastronómicos, no le anda a la zaga. Este embutido, que desde 2018 cuenta con el distintivo IGP, se elabora con cebolla horcal, arroz, sangre, manteca o sebo, especias y sal. Es más, siguiendo los requisitos de la propia IGP, la morcilla de Burgos ha de tener las siguientes proporciones:
- Cebolla Horcal: mayor del 30%.
- Arroz: del 10% al 40%.
- Sangre: mayor del 9%.
- Manteca o sebo: del 10% al 25%
A pesar de su tradición y arraigo, en la propia provincia de Burgos hay cientos de formas diferentes de elaboración: tantas como personas la hacen. A pesar de que las tradicionales matanzas caseras están en claro retroceso, no son pocos los que hacen sus propias morcillas. No es un proceso complicado y sí muy satisfactorio. Además, se le puede dar un toque personal al asunto.
La receta de saquitos de morcilla y manzana
Ingredientes
- 1 paquete de masa filo
- 1 morcilla de Burgos
- 1 manzana Golden
Elaboración
Paso a paso
Desmenuzamos la morcilla, dejando la piel a un lado.
Pelamos la manzana y la cortamos en cachos muy pequeños.
Echamos un poco de aceite en una sartén y echamos la morcilla, la damos un par de vueltas y cuando coja tono añadimos la manzana.
Lo dejamos que se haga a fuego lento.
Después cogemos la masa filo, la untamos con mantequilla derretida y vamos pegando los trocitos en forma de aspa (si son cuadrados, en caso de que la masa sea circular, no es necesario).
Una vez que tenemos la masa filo pegada en forma de aspa, vamos echando la morcilla en ella, hasta acabarla.
Cerramos los saquitos y los atamos con un hilo gordo en la parte superior.
Precalentamos el horno a 180ºC y metemos los saquitos durante 15 minutos, hasta que veamos que estén bien doraditos.
Una vez listos, los sacamos, los dejamos enfriar un pelín y ¡a disfrutar de esta curiosa y sabrosa forma de comer morcilla de Burgos!
Esta receta elaborada a partir de morcilla de Burgos es muy sencilla de hacer, rápida y te encantará.