De ostra a ostra: los siete restaurantes de España donde comer las mejores, según el experto Guillermo Dávila

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Tanto si eres amante de las ostras, como si te consideras todo lo contrario, lo que viene a continuación te interesará. Porque todos tenemos a ese amigo que solo es capaz de disfrutar de un buen homenaje gastronómico cuando ese intenso sabor a mar, y la textura gelatinosa que lo acompaña, se apoderan de sus cinco sentidos. Así que no tomes en vano las recomendaciones que ha compartido con nosotros Guillermo Dávila, el experto con el que nos hemos ido de ruta ostrera por todo el país. Si le sigues en Instagram ya sabrás que es de esos gastrónomos que disfrutan especialmente cuando encuentran en el plato algo de caviar, angula, marisco fresco y, por supuesto, una buena ostra.
Sobre todo si la experiencia se acompaña de uno de esos Champagne que tanto aprecia este profesional de la consultoría y marketing gastronómico que lleva años aportando a un sector que le apasiona. Pero hoy no toca hablar de su trayectoria, sino de sus lugares favoritos para darse un capricho a base de ostras. Concretamente, lo que nos propone es "una selección nacional de lugares en los que la ostra es la columna vertebral del concepto". Porque ya sabe que "ese producto que, solo usando nuestro olfato, ya nos permite sentir el salitre y el yodo marinos" cada vez cuenta con más adeptos en nuestro país. Una cifra que, nos tememos, se verá incrementada tras la publicación de esta lista con los mejores restaurantes donde comer ostras de España. ¿No crees?
Ostras Pedrín
Su nombre lo deja bien claro, ¿no? Se encuentra en pleno barrio de Chamberí y es uno de los lugares de referencia no solo para los incondicionales de las ostras. También de los que saben apreciar una cuidada selección de productos del mar. Desde ahumados o salazones hasta todo tipo de conservas gourmet y ensaladas que puedes combinar con una variada lista de vinos, cavas o, ya puestos, el vermut de la casa. En este caso, Dávila destaca de Ostras Pedrín sus "códigos modernos, lenguajes amables y divertidos para un lugar que firma llenos diarios en la capital". Y añade: "El nombre ya anticipa esa cercanía con el cliente y, por supuesto, la ostra aquí tiene un lugar privilegiado. Es un sitio imprescindible para disfrutarlas sin sentirte un inadaptado al medio".

El espacio, situado en uno de los barrios más castizos de la capital, tiene como protagonista central su barra color caldera. Y el ladrillo de sus paredes convive con materiales como el terrazo rojo y el mármol. Eso también ayuda a que el plan sea de lo más apetecible. En su carta encontrarás todo tipo de ostras (asturiana, valenciana, francesa, gallega...) que se pueden tomar tanto en crudo como fritas en tempura, en escabeche o a la plancha. Y lo mejor es que, con todas ellas, tienes la opción de acompañarlas con diferentes salsas: picante, de mostaza y caviar, vinagreta de encurtidos...
C/ Cardenal Cisneros, 39 (Madrid)
El Puertito
Toca hacer la visita de rigor a "uno de los primeros oyster bars de España". Pero no es esta la única razón por la que El Puertito aparece en este listado: "¿Quién no ha pasado una resaca aquí con un buen bloody mary acompañado de una docena de ostras?", pregunta Guillermo mientras aterrizan en la mesa diferentes orígenes y aliños que acaparan toda nuestra atención. Aunque es otro ingrediente el que más seduce a nuestro anfitrión: "Hay mucho cariño detrás de este concepto, cuyo éxito en Bilbao les llevó a abrir una sede en Madrid (C/ General Martínez Campos, 42). Pero, para nosotros, el original es imbatible", sentencia.

Conviene recordar que este singular espacio abrió en 2013 para intentar democratizar el consumo de ostras en nuestro país. El de El Puertito es un proyecto innovador, creado por Inaz Fernández, que destaca por su decoración inspirada en las casetas de los ostricultores de Cap Ferret (Francia), pero sobre todo por haber sido el primero en proponerse quitarle el barniz de lujo y producto caro que siempre se ha asociado a las ostras. Esto, unido al ambiente informal que lo caracteriza, lo convierte en un lugar muy especial.
C/ García Rivero, 9 (Bilbao)
La Piedra
Para Dávila, La Piedra es "una institución nacional, ubicado en la mítica calle de las ostras". Nos confirma con entusiasmo que es "el lugar, sin duda, para probar la ostra gallega, que es la reina de las nuestras, en su máxima expresión". Con estas afirmaciones, difícil no plantearse recorrer los kilómetros que hagan falta para plantarse en cualquier rincón donde nos permitan colocar nuestra bandeja con ostras o con cualquier marisco cocido de los que elaboran en este espacio que consiste en una serie de puestos que te permiten comerlas allí junto al cocedero o llevártelas a cualquiera de los bares anexos, abonando la bebida.
Te aseguramos que merecerá la pena la espera, ya que suele estar muy concurrido al ser una zona de gran atractivo turístico. Pero es que el festival que te espera en A Pedra por un precio que rondará los 30 euros es algo que no vas a encontrar fácilmente en otro lugar de España. A pesar de recibir diariamente multitud de turistas que llegan en grandes trasatlánticos, cualquier local te recomendará su visita porque conserva ese encanto que nos traslada a otra época.
Rúa Pescadería, 3 (Vigo)
Oysters Menorca
"En poco tiempo se ha convertido en una referencia en el centro de Mahón", avisa Dávila antes de que los responsables de Oysters Menorca nos sorprendan con "una selección increíble de orígenes, de los que puedes comprobar hasta su trazabilidad a través de un código QR". Una buena manera de conocer todos los detalles de estas ostras naturales, frescas y seleccionadas a mano en los mejores criaderos del mundo, lo que garantiza siempre la máxima calidad. Tú decides si quieres viajar con el paladar hasta aguas irlandesas, holandesas, portuguesas o francesas.

Todas ellas confluyen en el mostrador de este bar que es igualmente recomendable para entregarse a las bondades del caviar Benoît, la anguila o el salmón ahumado y, por supuesto, el cangrejo real. "Todo esto acompañado de buenos vinos y cócteles, en ese ambiente relajado tan menorquín. Otro caso de éxito que también ha llevado a sus creadores a probar suerte fuera, en este caso en Barcelona (Carrer dels Madrazo, 54)". Así que ya sabes lo que puedes hacer si estás por la capital catalana y no sabes dónde deleitarte con un menú a base de ostras, apunta bien la dirección donde ofician estos defensores de la sostenibilidad y del respeto por el ecosistema marino.
Carrer de Bastió, 7 (Menorca)
La Lonja del Mar
De nuevo nos toca hacer parada en Madrid para conocer un comedor de categoría que además está ubicado en una zona privilegiada y cargada de historia. Como lo oyes, La Lonja del Mar fue la antigua residencia de Giuseppe Verdi y hoy se ha convertido en el lugar perfecto donde disfrutar de una velada memorable tras una noche de ópera. Algo que tampoco ha pasado por alto nuestro guía ostrero: "Este restaurante, con impresionantes vistas al Palacio Real, es de los pocos -al menos que yo conozca- que ofrece un menú exclusivo de ostras, de distintos orígenes y a través de distintas elaboraciones, es algo único".
Este céntrico templo gourmet dispone de dos salones que harán las delicias de todo amante de la buena materia prima, cuidadosamente tratada por el chef Fernando Negri. Ambos -el Salón de Oriente y el Salón Felipe V- son perfectos para darse un buen festín rodeado de un cuidado interiorismo y una elegante decoración. Pero lo que te hará volver una y otra vez es ese menú del que nos hablaba Dávila más arriba, donde encontrarás, por ejemplo, un ceviche donde las finas ostras Aime Special Oro se mezclan con lima, cilantro y ají, creando un balance perfecto entre lo ácido, lo picante y la frescura marina.
Plaza de Oriente, 6 (Madrid)
El Yerno
Dejamos un espacio con aire señorial para adentrarnos en una marisquería que todo el que pase por Málaga debería visitar. Nos referimos a El Yerno, "un puesto del Mercado de Atarazanas que rinde culto al producto en su máxima expresión". Se trata de "una pista clave de la ciudad" y son muchas las razones que llevan a nuestro entrevistado a querer repetir aquí una y otra vez: "Aquí hay de todo lo bueno. Y, por supuesto, ostras excelentes. ¿Qué mejor plan que un aperitivo a eso de las 11 en pleno mercado, con el característico ajetreo y duende malagueño?"

Siempre es una buena opción acomodarse en esta animada barra regentada por Paco, su propietario, que será quien te agasaje con los pescados y mariscos más frescos del día para elaborarlos de manera impecable, ya sea en fritura, a la plancha o cocido. En su carta, además de productos de temporada, suele haber varias sugerencias del día -más allá de las ostras- que también merecen mucho la pena. Desde boquerones a gambas, pasando por quisquillas, calamares, salmonetes, diferentes cortes de atún rojo, cigalas... Eleva aún más la experiencia una selección de vinos generosos que conviven con interesantes referencias locales.
C/ Atarazanas, 10
Orio
Terminamos la ruta igual que la empezamos, gozando con ostras maravillosas en la capital. En esta ocasión nos vamos hasta la mítica calle Fuencarral para conocer el bar de pintxos del Grupo Sagardi. Y el motivo ya te lo puedes imaginar: "Cuenta con una barra de ostras que te permite disfrutar de este producto en diferentes versiones, y todas son fabulosas", señala este foodie incansable antes de que nos sorprendan con unos ejemplares seleccionados de Spéciale de Claire de Marennes-Oléron, el clásico de esta casa -también disponible en Barcelona y Valencia- que te propone viajar hasta los pueblos pesqueros de Euskadi a través de los sabores más genuinos.
Lo que sí te vamos a pedir es que intentes no pararte demasiado en su clásica barra de pintxos donostiarras, que ocupa el espacio central del local, ya que la idea es que te acomodes en esa especie de bar de ostras situado en uno de los laterales del salón. Allí te esperan bancos, mesas altas y una decoración sencilla que, juntos, se convierten en el escaparate idóneo donde encontrar ese remanso de paz que encuentra en las ostras y el Champagne a sus mejores aliados. Por un momento, no creerás estar a escasos metros de una de las calles más bulliciosas de la ciudad, de hecho es probable que ya no quieras salir fuera nunca más.
C/ Fuencarral, 49
