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El bar de un pueblo valenciano perfecto para disfrutar del 'esmorzaret': "Los camioneros hacen cola"

Uno de los bocadillos de Foc & Brasa
Uno de los bocadillos de Foc & Brasa. Instagram @gastrovaig
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Una de las grandes tradiciones gastronómicas de Valencia no es otra que el esmorzaret, ese almuerzo que se suele hacer entre las 9 de la mañana y las 12 del mediodía, una tradición con décadas de historia que muchos valencianos mantienen: primero el aperitivo y después un bocadillo bien contundente que termina con el cremaet, un café de lo más especial que lleva ron, canela o piel de limón. Y un lugar perfecto para probarlo es en el bar de un pueblo a pocos kilómetros al sur de Valencia.

El esmorzaret es tan popular que el pasado 28 de septiembre de 2024 se batió un récord Guinness con el almuerzo multitudinario más grande del mundo reuniendo a 306 personas que almorzaban al mismo tiempo. Y un buen lugar para hacerlo es en el Asador Foc & Brasa David’u, en el pueblo de Silla (Avenida de País Valencià 118).

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Tal y como explica la cuenta de Ana Belén en Instagram y TikTok (@gastrovaig), que se dedica principalmente a dar a conocer rincones gastronómicos de la Comunidad Valencia, este es el lugar perfecto para disfrutar de un buen almuerzo a la brasa.

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Los mejores bocadillos

"En Silla, el almuerzo se hace con fuego. Brasas, pan crujiente y ese olor que solo tienen los bares de toda la vida. Aquí no hay tostadas con aguacate, hay llonganissa, panceta i l’all i oli fet a mà", cuenta en sus redes sociales tras visitar Asador Foc & Brasa David’u. Y además, hace una puntualización clave que deja ver que es un sitio local e indicador de que vas a comer bien: "Los abuelos llegan temprano y los camioneros hacen cola".

Se trata de un “bar típico de pueblo” donde a las 9 de la mañana ya hay disponible una gran variedad de carne a la brasa hechas en horno de leña donde puedes elegir lo que quieras. Y todo ello con un buen pan de pueblo recién hecho y todo tipo de ingredientes para completar tu bocadillo como quieras, donde no te puedes perder su alioli casero. “Es imposible quedarse con hambre”, dice.

Más allá de sus impresionantes bocadillos, como buen lugar para comer el esmorzaret, también te ponen para empezar cacahuetes y olivas. “No hay brunchs ni menús con nombres raros, sino brasas, cerveza fría y pan de verdad”.

Entre sus recomendaciones, lo que más le gustó fueron las longanizas, el pimiento asado y la tortilla de patata, aunque los calamares no terminaron de convencerle. Eso sí, “todo lo demás estaba increíble” por un precio de a partir de 8 euros.