Los cócteles son el cierre perfecto a una velada con amigos. Tras los aperitivos llega la cena, acompañada de un buen vino, luego el postre con una charla distendida y para finalizar unas copas que pongan la guinda final a la noche. Pero antes de hacer cualquier mezcla típica seguro que más de una vez has tenido todo un arsenal preparado para preparar cócteles de lo más sorprendentes y así contentar a tus invitados dando rienda suelta al barman que llevas dentro. Pero, ¿sabes qué tipo de coctelería pega más contigo? Te mostramos los distintos tipos que hay para que comiences a practicar.

La coctelería clásica la conoces de sobra, es la de toda la vida. Aunque lleve el nombre de clásica no deja de ser innovadora, pues gracias a la creatividad con la que surgió en su día hoy podemos disfrutar de distintos tipos de cócteles. La clásica es algo así como la base de la mayoría de bebidas que se pueden encontrar en una carta de cócteles, bebidas que no pasan de moda y que siguen siendo inspiración para la creación de nuevas bebidas. Algunos tan simples y sencillos de hacer, como el Martini o el Manhattan, forman parte de la coctelería clásica.

Tras la clásica llega la moderna, un tipo de coctelería mucho más creativa, con mezclas y creaciones más sorprendentes y con una variedad de sabores capaz de contentar a cualquier paladar, desde los que desean una bebida dulce hasta los que buscan un toque salado o amargo en su cóctel. Y aquí se complica un poquito más la cosa, pues mientras que los clásicos son fáciles de hacer, los modernos no es que sean complicados, pero sí que es cierto que hay que tener más cuidado con las medidas para conseguir el sabor que se busca en cada cada cóctel.

Con la coctelería evolutiva no te vamos a engañar, la cosa se complica y se necesitan ganas, técnica y algo de maña. Este concepto está ligado en España a Javier Caballero, uno de los barman más famosos de nuestro país. El desarrollo de nuevas técnicas es clave para conseguir grandes resultados en este tipo de creaciones, por eso se le da gran importancia al I+D, a la utilización de la tecnología para mejorar la bebida. Aún así, la preparación, la presentación, la decoración y la estructura final del cóctel son clave para conseguir un resultado espectacular.

Atento a este tipo porque puede que sea uno de los más espectaculares: la flair, aunque también se la conoce recurrentemente como acrobática. Ya solo con esto serás consciente de que el barman tiene un trabajo extra, pues junto a la creación del cóctel hay que dar un espectáculo acrobático que deja a los comensales con la boca abierta. Aquí podemos hablar de dos ramas más, el "working flair" es la técnica más rápida, aunque menos espectacular, haciendo el cóctel en el tiempo estipulado pero metiendo esos movimientos imposibles para muchos. Por su parte el "exhibition flair" dura algo más de tiempo, con su propia coreografía y unos movimientos mucho más espectaculares.

Otra de las técnicas de coctelería más impresionantes es la molecular, basada en parte en la gastronomía que lleva el mismo nombre. Es uno de los tipos más diferenciados y espectaculares, especialmente en el momento de la creación, pues se utilizan técnicas científicas que ayuden a crear nuevas texturas, sabores y, cómo no, cierto placer visual al verlos. Espumas o vapores son los elementos más usados, entre los que se encuentra, por ejemplo, el nitrógeno líquido. Por eso mismo el barman va a necesitar ciertos conocimientos sobre ciencia y nuevos utensilios, como los sifones, para crear los cócteles más espectaculares.