¿Es mejor conservar el champán de pie o tumbado?
No almacenar los alimentos correctamente puede hacer que se estropeen
Hay una forma correcta de guardar el champán para conservar todas sus propiedades
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MadridEn gastronomía es importante conocer los alimentos que empleamos, porque eso puede ahorrarnos algunos disgustos. Saber qué sabores encajan con otros es una estupenda manera de evitar tener que comer a disgusto, como también encontrar las bebidas que mejor encajan con lo que tenemos en el plato, porque de esta forma potenciaremos la experiencia en lugar de amortiguarla.
De este mismo modo, aprender cuál es la mejor manera de conservarlos se convierte en esencial. En algunas ocasiones puede evitarnos algún problema de salud, no almacenar los alimentos correctamente puede hacer que se estropeen y nos sienten mal si los consumimos sin darnos cuenta de que están malos o que no están en su mejor momento (o si pensamos que no es para tanto y que no pueden hacernos daño), pero también es clave para no tener que tirarlos sin poder usarlos.
Cuando compramos algo o nos lo regalan, queremos disfrutarlo, queremos exprimirlo al máximo y para ello, hay que saber cómo se guarda y, aunque nos parezca extraño, esto también sucede con las bebidas. En el caso del champán, la primera duda que surge es cómo debemos colocarlo en la alacena o el refrigerador, de pie o tumbado. Una duda que causa cierta controversia, que se plantea más a menudo de lo que podríamos pensar y que conviene tener claro, porque solo hay una respuesta correcta, ¿la sabes?
Cómo conservar el champán, de pie o tumbado
Hay una forma correcta de guardar el champán para conservar todas sus propiedades y es en vertical, es decir, lo correcto es que esté de pie y no tumbado. Esto no quiere decir que si nos hemos equivocado y antes de saber esto lo teníamos tumbado tengamos que tirarlo, no se convierte en un producto dañino para nuestra salud (más allá de ser conscientes de que se trata de una bebida alcohólica que hay que tomar con moderación, como todas las bebidas que contienen alcohol), no hace falta que lo tiremos, pero sí que seamos conscientes de que no es la mejor manera de tenerlo si queremos disfrutar de él tal y como fue pensado y creado.
Esta es la posición correcta de colocar el champán, pero también el resto de espumosos. Mientras que el vino se recomienda guardarlo horizontal hasta su consumo, aquellas bebidas que tienen burbujas es mejor que estén de pie porque el contacto con el corcho podría deteriorar su calidad y modificar su sabor.
Las teorías actuales abogan por esta posición también porque, tumbado, el corcho se humedecería y perdería la elasticidad necesaria para garantizar el cierre hermético. Como señalábamos antes, con relación a este tema hay cierta controversia, porque si bien la corriente de mantener el champán en vertical es la que más aceptación tiene actualmente, también hay quien defiende que se pueda conservar tumbado.
En lo que parecen estar todos de acuerdo es en la importancia de tomarlo cuanto antes una vez abierto, que no pase demasiado tiempo una vez se ha descorchado, porque la pérdida de presión se produce rápidamente y eso afectaría a la bebida. Colocarle una cucharilla, por mucho que sea un mito muy extendido, no es más que eso, un mito que no evitará la huida de las burbujas, es mejor emplear un tapón específico que ayude a que esa pérdida sea más lenta o cualquier otro sistema, incluso un film sujeto con una goma sería más efectivo.
También suelen señalar que el mejor momento para tomar un champán es cuando lo compramos, guardarlo durante años esperando el momento ideal para beberlo no hará que mejoren sus cualidades. Los productores saben cuál es el mejor momento para ello y por eso lo ponen a la venta en esos tiempos, aunque sí se puede conservar en casa durante unos meses.
Lo ideal para conservar un champán es hacerlo en un lugar en el que la temperatura sea más o menos baja y, sobre todo, constante, también conviene evitar que sea un espacio donde reciba muchas sacudidas, al fin y al cabo una de las características más destacables de esta bebida es que tiene burbujas. La luz es otro de los factores que hay que tener en cuenta para almacenarlo adecuadamente, el color de las botellas ya nos da una pista de que la luz no es lo que más le favorece, por lo que se recomienda guardarlo en un lugar donde no incida demasiado y menos el sol directo.
La temperatura ideal para tenerlo es unos 13 grados y para enfriarlo, siempre es mejor el refrigerador que el congelador, porque corremos el riesgo de que el líquido se congele o que la botella explote. Si es una cuestión de urgencia, no pasará nada, pero hay que hacerlo con cuidado y, sobre todo, sin olvidarnos de que está en el congelador. Si lo tenemos en la nevera, mejor que no sea en la puerta, porque es la zona en la que la temperatura es menos constante y más movimiento puede tener. También se puede enfriar en una cubitera, con agua fría y hielo, que además evitará que el líquido se caliente durante la cena.
Unos sencillos consejos, fáciles de seguir y que pueden hacer que nuestra copa de champán sea perfecta.