El vasco "Ya se acabó la relación ha sido claro y meridiano en el confesionario: Sin lugar a dudas: "Hemos llegado a un nivel de insultos que no, no merece la pena. La charla está desquiciadísima, está todo el día pensando si por lo que digo la va a querer menos la audiencia, la veo todo el día muy preocupada por su imagen y cualquier comentario que le haces le sienta mal".
Pero, por supuesto, también hay que escuchar la versión de ella, porque todo viene por unos cereales (ya se sabe que en tiempos de carencia los pequeños detalles describen muy bien a una persona): "Yo tengo el culo de una bolsa compartida con Saray y va él y le pide cereales a Hans y se los da a Melanie, si es que no... No me pienso arrimar por mucho que me pique".
Lo peor de todo es que había conseguido cambiar, encontrarse a sí mismo gracias al amor y ahora todo eso se ha ido al traste: "Al final empezaba a tener sentimientos y todo, estaba a gusto, pero es que no, no merece la pena". Pero lo cierto es que el joven parece tenerlo muy claro, y no se corta al asegurar que "no pienso arrimarme a ella aunque me pique". Arturo
Y los intercambios verbales entre ambos, para verlos: "Te pasas de ridícula, cómo eres de desaboría y de vinagre, qué culpa tengo yo de que la gente me quiera más que a ti". Y ella: "Vete con tus amigos e intercambiáis opiniones sobre mí".
Los espontáneos
El caso es que a también le molesta que Arturo se lo tenga "muy subido". Según parece, hay gente que se ha acercado hasta Guadalix a corear su nombre: "Le he dicho que no esté tan subido, que está muy subido y guay porque le gritan su nombre desde fuera... vamos a acabar que no nos vamos a poder ver".