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El programa ha decidido concederles la hora sin cámaras a Ariadna y a Michael. El policía de Huelva quiso convertir el apartamento en un nidito de amor para que todo fuerse perfecto en su primera noche a solas, al menos dentro de la casa de Guadalix de la Sierra. La pareja disfrutó de fresas, champagne y un masaje previo que caldearon el ambiente previo a su momento más íntimo. La pareja se olvidó de las cámaras y de los micrófonos, que pudieron captar los jadeos de Ari en plena acción. Muerta de vergüenza y casi arrepentida de haber dado rienda suelta a su pasión, la joven le reprochó a su compañero de cama no haberle tapado la boca.










