Unas horas antes de que Alain y Meritxell tuvieran su primer y sonado edredoning, nada hacía prever que eso iba a suceder. Meri se tomó como un piropo que Alain le dijera a sus compañeros que ella era cómo su botella de oxígeno dentro de la casa, pero él en realidad le estaba diciendo de forma muy sutil que estaba siendo muy pesada con él. Alain siempre intenta ser prudente y decirle a Meri las cosas de buenas maneras, pero en ocasiones ya no puede más y no tiene más remedio que decirle las cosas como son y terminan discutiendo.
Meritxell y Alain se reconciliaron en la fiesta y acabaron en la cama, bajo el edredón y con besos y toqueteos sensuales. Lo que parecía algo bonito y complaciente, no fue tal. Un comentario de Alain echó por tierra todo lo que había sucedido.
Tras los besos y toqueteos bajo el edredón con Alain, Meritxell se sinceraba con Bea. "Estoy fatal, me siento sucia, me ha dicho que me quiere pero no como algo más, me ha dicho que había sido un error de borrachera. He hecho el ridículo", decía Meri abatida. Meri estaba totalmente destrozada y Bea no podía creer que Alain hubiera hecho algo así sabiendo que Meri sentía algo muy especial por él.
A la mañaña siguiente, Alain quiso hablar con Meri sin bebidas espirituosas en el cuerpo y teniendo las cosas más claras. Alain le ha explicado a Meri que todos cometen errores y que él no pensó lo que estaba haciendo, pero que hecho lo hecho, lo único que le preocupaba es que ella estuviera bien. Meritxell se ha mostrado muy sincera con él y le ha explicado que le dolió muchísimo lo que le dijo y que ella no lo consideraba un error porque él ya sabía lo que ella sentía por él.
A pesar de decirle a Meritxell que su primer 'edredoning' era un gran error, Alain ha vuelto a tropezar con la misma piedra y ha repetida experiencia. Lo que ellos no podían imaginar que Clara, Noelia y Miguel nos iban a retransmitir en directo todo lo que estaba pasando debajo de ese edredón.
Al final, Alain ha sorprendido a todos con una decisión muy generosa: se ha sacrificado por Meritxell. El Club tenía un poder que podía utilizar o no: el del recambio. Los miembros podían sacar de la lista de nominados a uno de sus compañeros y colocar a otro. Tras mucho pensarlo, Alain ha decidido sacrificarse por Meritxell y exponerse él a la expulsión de la próxima semana: "Me cambio por Meritxell. Probablemente me vaya".