Ryanair, sacudida por una nueva huelga que afecta a España y otros cinco países europeos

La huelga de este viernes de 24 horas sigue a los realizados en julio, que se saldaron con 600 cancelaciones en toda su red en Europa y un total de 100.000 de pasajeros afectados, y las protagonizadas por los pilotos de Ryanair de Suecia, Bélgica, Irlanda, Alemania y Holanda de agosto, con casi 400 vuelos cancelados y 67.000 pasajeros afectados.

Para este nuevo paro, la compañía irlandesa, de bajo coste, que lidera Michael O'Leary, ha cifrado en 30.000 los afectados. Según AirHelp, Ryanair podría tener que desembolsar 11 millones de euros en compensaciones.

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Según la información aportada por la propia compañía, unos 870 trabajadores están convocados a la huelga en las bases españolas. Según los sindicatos USO y Sitcpla, convocantes en España de los paros, casi 1.800 trabajadores del colectivo de auxiliares de vuelo están llamados a unirse a la huelga.

La compañía dijo ayer estar dispuesta a alcanzar acuerdos con sus TCP antes de que finalice el año y a migrar los contratos irlandeses a contratos locales en Bélgica, Holanda, España y Alemania a principios de 2019, que incluyan la transferencia de la antigüedad como ya acordó en Irlanda, así como a aumentar los contratos directos frente a contrataciones externas.

Los sindicatos, sin embargo, no descartan paros cada mes si la compañía no se ajusta a las legislaciones laborales de los países donde opera y deja de hacerlo arbitrariamente en Irlanda, donde la empresa se ve favorecida por una legislación laboral más laxa.

Bruselas ya advirtió a Ryanair

Bruselas ha advertido al consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, que el respeto de las leyes en materia laboral "no es algo que los trabajadores debieran tener que negociar". Además ha exigido a la aerolínea de bajo coste "pleno cumplimiento" de las normas comunitarias.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) falló el pasado año contra Ryanair exigiéndole aplicar las leyes laborales locales a sus empleados en los países de la Unión Europea, una de las principales reivindicaciones que defienden los TCP, además del reconocimiento de sindicatos de cara a la negociación de convenios colectivos que incluyan mejoras salariales y mayor contratación directa, entre otros motivos de la huelga.