Así trabaja la Guardia Civil para analizar la tierra del tapón del pozo donde murió Julen

Entramos en el laboratorio de criminalística de cotejo de suelos más importante de España. Aquí analizan la tierra del tapón del pozo de Julen y la que tenía en su cuerpecito para verificar que pertenece al pozo y nadie echó encima del pequeño más cascotes o tierra diferente. También cotejan la del camino donde se encontró el cuerpo de Laura Luelmo, o de la finca en la que fue asesinado y enterrando el pequeño Gabriel, y la del camino en el que encontró la muerte el concejal de Llanes a manos de los sicarios contratados presuntamente por su primo político. Comparan los restos de suelos traídos desde los escenarios de los sucesos con las muestras de los sospechosos, de sus zapatos, de su ropa, de sus coches. Nos enseñan una de las muestras que acaba de llegar al laboratorio. Es barro incrustado en la suela de una bota. Tienen que comparar el rastro dejado en la bota del sospechoso con la recogida en la escena del crimen. Rascan y observan con microscopio porque podrían tener sangre o un pelo, como ocurrió con los cabellos de Julen hallados en una criba de tierra del pozo. Luego la tamizan para sacar las partículas más pequeñas. Hablamos de valores de 150 micras. El tamaño importa. Es uno de los parámetros a tener en cuenta. Y en otra máquina averiguan el tamaño de grano. Es un trabajo de filigrana y también el color debe coincidir. Cuando ya tienen una facción bastante fina y homogénea hacen una comparativa cromática que va del rojo al verde y con una luminosidad concreta. Deben ser iguales para poder establecer la relación incriminatoria. Pero además los suelos pasan por rayos X para ver la composición de minerales. Y tras un proceso de digestión en microondas, averiguan los metales. Todos esos parámetros que nos han enseñado en el laboratorio de la Guardia Civil servirán en un informe pericial para poder decir que las muestras coinciden, que no hay diferencias. El comandante Santillana del Servicio de Medio Ambiente de Criminalística de la Guardia Civil nos explica un caso concreto en el que el acusado fue detenido tras un expolio arqueológico. Llevaba botas, pala y hazada y finalmente comprobaron que la tierra de la pala era la misma de las muestras que cogieron en la tumba. Recogieran varias, en profundidad, para que el resultado fuera absoluto y casi perfecto. Los informes periciales de estos guardias civiles son milimétricos. De ellos depende la condena de muchos criminales.