En estrés en el séquito de Kim Jong Un a su llegada a Vietnam

Todo está preparado en la capital vietnamita para tratar el espinoso asunto del programa nuclear de Corea del Norte. Allí están ya Donald Trump y Kim Jong Un tras una larga travesía. El estadounidense ha llegado en avión, el líder comunista, en tren, y van a ver el revuelo que ha generado.

Kim Jong Un desciende del tren blindado que le ha traído a Vietnam y segundos después, uno de sus asesores protagoniza este esprit por la alfombra roja para que el líder no esté ni un segundo sin su traductor al lado.

A la salida de la estación, volvemos a ver a su ya famoso servicio de seguridad corriendo junto al coche presidencial. Cuando este acelera, retroceden y se suben como pueden a otros vehículos. Pero cuando Kim llega a su hotel, ya están de nuevo ahí. En cada traslado de su protegido, vuelven a aparecer como por arte de magia para rodearlo.

El único con derecho a descanso en la comitiva norcoreana es el jefe, al que durante su viaje de setenta horas desde Pyongyang hemos visto en una imagen inusual: fumando relajadamente un cigarrillo.