Nepotismo y endogamia: máster de éxito de la Universidad Rey Juan Carlos

Los más de 45.000 estudiantes de la Rey Juan Carlos45.000 estudiantesRey Juan Carlos distribuidos por los diferentes campus distribuidos principalmente por la zona sur de la comunidad de Madrid vive con angustia y zozobraangustiazozobra cada uno de los escándalos que salpican a su universidad. En juego está el prestigio de sus títulos y, sobre todo, sus perspectivas laborales.

Muchos de ellos ha visto como el caso Cifuentes acababa convertido en el caso Universidad y el nombre de su centro como epíteto.

A nadie se le escapa que el origen de esta crisis está en la endogamia que sufre el sistema universitario español. Muchos profesores han denunciado que sus intentos de acceder a cátedras en diferentes universidades del país se encontraron con la imposibilidad de competir con los candidatos de la casa. Los datos hablan de que más del 70 por ciento de los profesores trabajan en la universidad en la que estudiaron.

Los departamentos universitarios prefieren nutrirse con los estudiantes y becarios que previamente habían sido seleccionados por los directores de departamento. Un sistema que asegura la devolución de favores en el futuro y es también una garantía de supervivencia.

En el origen de este doble vicio de nepotismo y endogamia está cierto grado de corrupción a la hora de designar a los miembros de los tribunales que elegirán a los candidatos. Así, no es raro encontrar que los tribunales de selección están formados por los mismos catedráticos con lo que la endogamia se perpetúa sin fin.

Muchos también vuelven su mirada al sistema de habilitación y selección de los profesores universitarios responsabilidad de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación(ANECA) por su falta de implicación en solucionar estos problemas.

Al final los departamentos de las universidades españolas acaban siendo un coto privado donde los responsables consiguen colocar a personas afines antes que a los mejor cualificados.

Solo despuntan 10

Una de las consecuencias de estos problemas es la falta de proyección de nuestras universidades. En 2018 solo diez centros, todas públicas, lograban situarse entre las 500 mejores del mundo según el Ranking Académico de Universidades del Mundo 2018 (ARWU por sus siglas en inglés) que realiza Shanghai Ranking Consultancy. La Universidad de Barcelona es la que logra una mejor posición, al encontrarse entre las 200 principales instituciones académicas de todo el planeta.

Y este es un dato que ha empeorado ya que en el presente informe la Universidad Jaime I ha perdido su posición entre las 500 más destacadas.