El cuerpo semidesnudo y con signos de violencia de El Campilllo es el de Laura Luelmo

Laura Luelmo está muerta. Su cuerpo ha sido encontrado semidesnudo, escondido en un matorral y con signos de violencia. El delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez, informaba del hallazgo de un cuerpo en el radio de búsqueda de la joven profesora.

Desde el primer momento, los malos presagios se confirmaban en un día negro de una familia sumida en la pena y de un pueblo El Campillo, que no sale del asombro y donde ya hay miedo a salir a la calle hasta que no se sepa lo que le ha ocurrido a Laura. La Guardia Civil descartó desde el principio que la joven zamorana se fuera de casa por voluntad propia. Al final el hallazgo del cuerpo semidesnudo y con síntomas de violencia ha confirmado los peores presagios.

En Villabuena del Puente la muerte también ha caído como un mazazo. Una chica trabajadora, responsable, que ha ido encontrar la muerte en busca de un nuevo trabajo. Tanto en el colegio en el que trabajó como todas sus amistades recuerdan ahora con pesar la ilusión con la que la joven había afrontado su nuevo reto profesional en Huelva. La gente de El Campillo también está destrozada porque "aún teníamos esperanzas de encontrarla con vida", señalan unos vecinos que consideran "injusto" todo lo que ha pasado. Algunas vecinas ya destacan el miedo que va a ser ahora salir a calle solas, a la espera de saber lo que ha pasado con Laura.

Laura Luelmo desapareció el pasado miércoles por la tarde cuando tras hablar con su novio salió a hacer deporte por el campo. La joven de 26 años llevaba solo unos días en El Campillo, donde se había instalado tras incorporarse como profesora en un instituto en la cercana localidad de Nerva.

Su novio fue el último en tener contacto con ella, por teléfono. Laura Luelmo solo llevaba una semana en El Campillo, de hecho, la acababan de contratar en el instituto de Nerva, una localidad vecina, para una sustitución.

La última señal de su teléfono móvil la registraba un repetidor situado a unos 9 kilómetros de su casa. Cerca de un embalse buscaban los buzos de la guardia civil hasta que un vecino ha encontrado el cuerpo de Laura. Salió a correr con un teléfono, unas llaves y un monedero. Su coche seguía aparcado en una calle paralela a su domicilio, por lo que se descartó la fuga voluntaria.