Ángel salió de la casa, tranquilo, en paz. Voluntariamente había llamado a la policía y había entregado las imágenes grabadas. Vídeos que pueden ser fundamentales para eludir la entrada en prisión. Serán claves porque en ellos queda documentado el proceso, con todo el cariño y con mucha precaución. Ángel llega a preguntar a María José, en varias ocasiones, si está segura de lo que va a hacer. Además ella lo había pedido de forma voluntaria, inequívoca y expresa. Una prudencia que tomó el matrimonio y que reduciría la pena si se llegara a un juicio. “Según el código penal sería como mínimo de dos años, pero si se habla de conmiseración o piedad podría reducirse a seis meses”, explican varios abogados penalistas. En vídeos anteriores, María José ya mostraba, con sus últimas fuerzas, el temor a las consecuencias. Sin embargo 24 horas después, Ángel quedaba en libertad. Ni la fiscalía ha pedido medidas cautelares.