Pensaban que se iba a suicidar pero la presunta parricida de Girona fue a la peluquería para un cambio de look radical
Poco a poco vamos sabiendo qué paso en casa de Carme, la mujer asesinada presuntamente por su hija adolescente. Sasha tiene solo 17 años y, según ha contado ella misma a los investigadores, tras una discusión con su madre fue capaz de asestarle varias puñaladas. Una de ellas en el cuello, que resultó mortal.
La joven, de origen ruso, supuestamente dejó a su madre en un charco de sangre a los pies de su cama y se marchó. En la habitación dejó un cuchillo ensangrentado y una nota manuscrita en la que no confesaba el crimen pero sí decía en qué sitios pensaba suicidarse.
No lo hizo. Los investigadores no la encontraron en ninguno de estos sitios, sino en la casa familiar de verano en Playa de Aro, a 70 kilómetros de Banyoles, donde vivían y descubrieron que tras supuestamente cometer el crimen se fue a la peluquería. Llegó buscando un cambio radical como teñirse o raparse. Al final optó por cambiarse el color del pelo. Entró rubia y salió morena.
Los testigos que coincidieron con ella en la peluquería aseguran que la joven estaba muy tranquila. Nadie a su alrededor comprende que pasó. Dicen que era buena chica aunque admiten que tenía problemas psicológicos.
El día que presuntamente mató a su madre estuvo en el instituto. Los investigadores tratan de saber si lo hizo antes o después de ir a clase. De momento, hoy está previsto que pase a disposición de la Fiscalía de menores, que solicitará al juez su internamiento en régimen cerrado.