
1 de 8
La guerra se ha desatado entre la nueva presidenta y el antiguo dirigente de 'Mirador de Montepinar'. Antonio ha abierto una pescadería y todo lo que le sobra o se lo pudre lo va tirando en las tuberías del edificio para conseguir que Judith pierda su nuevo cargo. Como consecuencia, todos los pisos han empezado a oler a pescado y para vengarse, la pelirroja ha urdido un maquiavélico plan: como Los Rancios van diciendo a todo el barrio que ellos le venden el pescado al Rey, Judith les ha mandado un emisario con una falsa invitación de sus majestades a merendar en el Palacio Real.







