Agus trastorna a Amador con sus múltiples personalidades: don Simón, Margaret Astor y un ultra nazi muy chungo

  • Bruno le explica al Cuqui lo que le pasa a Agus: "Tiene un trastorno disociativo de identidad"

  • Amador se mete en la piel del capitán Salami para engañar a Agus

Agustín ha conseguido que Amador le alquile una habitación en Villa Borderline por 300 euros (quiere quedarse a vivir cerca de su amigo inseparable del psiquiátrico, Bruno). Pero el Cuqui no tenía ni idea que su nuevo compañero de piso tiene un trastorno de personalidad. Cuando le pregunta si quiere cenar algo con él, Agus ya no es Agus, es un señor mayor muy raro. En ese momento llega el maestro Quiroga para explicarle que ha metido en su casa a un desequilibrado mental. Ahora es Don Simón, y Bruno le cuenta que le ha alquilado una habitación al Cuqui.

Agus se ha dado cuenta que Amador le ha estafado mucho pasta cobrándole 3 veces el alquiler de la habitación, así que quiere recuperar toda la pasta o le denuncia. El Cuqui decide hacer lo mismo con él, se mete en la piel del Capitán Salami para que su compañero de piso se crea que él también tiene un trastorno de personalidad: “A esto también sé jugar yo”. Agustín flipa con el superhéroe y como no sabe qué hacer, le dice que cuando vea a Amador que le pida el dinero.

Amador no solo es capitán Salami también es Elvis, otro de sus personajes. Cuando llega a su casa disfrazado del cantante, aparece Agus vestido de neonazi y se le presenta: “Soy Hagen das', ultra neonazi”, le contesta, y da mucho miedito. Como no quiere la cosa, le empieza a pegar, quiere que le devuelva todo la deuda a su amigo Agus.