Fermín sigue obsesionado con Berta, quiere conquistarla como sea. Pero la beata pasa de él, ella ahora está a otras cosas y no tiene tiempo para liarse con nadie. Un día Menchu le propone ir a dar una vuelta porque quiere animar a su amiga y replantearle su estilismo. Y vaya si se lo replantea, Berta vuelve completamente diferente: un look descocado y sofisticado. Fermín ya pasa de ella, su hija le ha pedido que deje de acosarla porque puede acabar en la cárcel (y él la hace caso pero hasta un punto). Ahora va a ser ella la que va a intentar seducirle… Justo cuando la cosa estaba caliente entre los dos, Enrique la llama por teléfono: ¡Ha despertado Antonio!