
1 de 14
Lola rompe aguas e insiste en tener al niño en casa. Su familia y todos los vecinos de Montepinar hacen lo imposible por ayudar en el parto: gimasia, comba, conga, taichí, ¡todo vale! Después de varias horas dilantando, Lola no puede más, pero un ‘güiskito cortito’ obra el milagro. El bebé asoma la cabeza y Fermín, Estela y Vicente ejercen de comadronas improvisadas para dar la bievenida al primer montepinariano puro.













