Luminosos ojos. Gallardía. Sonrisa pícara de medio lado. Hoyuelo en la barbilla. Musculatura potente y oratoria fluida. Las credenciales del Don Juan marcan un camino sedoso hacia la seducción del otro (ya sea hombre o mujer), pero lo cierto es que no explican per se el gusto del sujeto por la conquista sucesiva de mujeres. Veámos algunas claves del mito:
¿Coleccionismo de féminas cual trofeos ?
Se le llama Don Juan a cierto tipo de hombres que tienen a bien el coleccionismo de féminas cual trofeos. Para el Don Juan, toda mujer es un reto y una manera de demostrar que es poderoso. Ahora bien, la clave del verdadero especímen está en que disfruta en silencio del arte del ronroneo, sin necesidad de hacer públicas sus conquistas. Deja a los demás que hablen por él, pero él nunca propaga su fama.
Modus operandi
Como mito social que es, su modus operandi es fácilmente reconocible y podría dividirse en tres fases diferenciadas. A saber: Primero te rondo (mejor cuanto más inalcanzable), luego te convenzo y más tarde te desecho. Así describía Zorrilla a su 'Don Juan Tenorio': "Partid los días del año/ entre las que ahí encontráis./Uno para enamorarlas,/otro para conseguirlas,/ otro para abandonarlas,/ dos para sustituirlas/y una hora para olvidarlas".
¿Buscan a su madre en cada mujer?
Según Jung, el gran discípulo de Freud, el Don Juan busca en cada mujer la imagen de una madre perfecta, la diosa-madre. Cada vez que lo fascina una mujer y ésta cae rendida a sus pies se da cuenta de que no es más que un ser humano común, de modo que toda la fascinación se desvanece. La decepción solo se extinguirá al proyectar la imagen en otra muchacha... y otra... y otra más.
¿Son homosexuales y no lo saben?
Uno de los conceptos de la teoría Psicoanalítica postula que en los individuos con personalidad de Don Juan podría hallarse una homosexualidad latente, debido "al alto contenido de narcisismo en su personalidad". La conquista pasa a ser, según esta corriente, una compulsión que le otorga seguridad y confianza.
¿Anarquistas del amor?
Sin embargo, hay quien no se queda en el regusto negativo del término y va más allá. Muchos han sabido buscar el mérito heroico al personaje y aseguran que Don Juan representa también la ruptura absoluta de todas las reglas preestablecidas. Ni la moral de la iglesia ni la justicia de los hombres tienen valor alguno, únicamente la vida exprimida en versión carpe diem. Es decir, algo así como el Escassi de 'Supervivientes'.
¿De dónde viene el término?
Tirso de Molina fue el primero en inmortalizar la leyenda en el siglo XVII con su 'Burlador de Sevilla y convidado de piedra'. A partir de ahí, las referencias al donjuanismo son una constante en escritores (Zorrilla, Molière, Corneille o Byron), psicólogos (Freud, Jung, Lacan o Foucault), músicos (Mozart, 'Don Giovanni') y cineastas (Joseph Losey, Ingmar Bergman o Carlos Saura) de varios siglos.