Pablo Colino es director de orquesta de la capilla Julia de San Pedro. Tiene 72 años, es de Pamplona y presume de ser una de las escasas personas que habita en El Vaticano. De hecho, la habitación de su salón da a la mismísima capilla de San Pedro. ¿Una ventaja de vivir en El Vaticano? Tener, por ejemplo, un pasaporte de dicho Estado, particular y que seguramente le abrirá muchas puertas.
La segunda entrevista de Javier Sardá fue a Juan Javier Flores, monje Benedictino de Silos, Decano y Vicerrector del Pontificio Instituto Litúrgico. Se pasó toda la entrevista intentado evangelizar al presentador, pero este es un hueso duro de roer. Eso sí, el monje consiguió al menos que Sardá se preguntara qué habría sido de él si ahora mismo fuera cura.
Por último, y embriagado por la música sacra, Javier Sardá conoció al director de música de la Basílica de Santa Maroa Maggiore. Así despidió Roma, enamorado de sus calles, de sus gentes y de las melodías religiosas. A pesar del empacho religioso, Sardá seguirá siendo de los que, con respeto, miran desde fuera la fe católica.