Lucía Lapiedra resurge como Míriam

ELENA VILLEGAS 11/02/2008 16:36

Se ha desvanecido del firmamento de la pornografía para renacer como Miriam Sánchez, su nombre cristiano, y convertirse en una mujer hogareña. Ha pasado de entregarse por completo a su trabajo, a darlo todo como amante, esposa y madre ejemplar. El vicio por los hombres y por las mujeres -se declara bisexual- ha sido sustituido por el 'pim pam pum'; de intercambiar fluidos con Nacho Vidal y Ramiro Lapiedra, ha pasado a compartirlo todo con Pipi Estrada. ¿Cuál será el secreto de Pipón, digo de Pipi, para ser el artífice de tamaña empresa?¿De qué calibre es el arma con el que ha matado a Lucía Lapiedra? ¿Cómo será el instrumento cuyas notas musicales han dado vida a la dulce Miriam?

Todo empezó en el programa de Telecinco 'TNT', donde se produjo el primer encuentro entre el periodista y la todavía actriz porno. Lucía, aún con vida, ejercía como colaboradora y reportera, y el público, los viandantes y el resto de la humanidad se afanaban en tocar la dúctil silicona que moldea sus pechos. A Pipi, sin embargo, haciendo gala de sus dotes como galán de telenovela, le bastó con el poder de su mirada y con un casto masaje de pies para conquistar a su 'pretty woman'. ¿Quién le iba a decir a todos aquellos que compartieron magreos -y algunos, algo más- con la 'porno-star'? Sólo era necesario un masajito de lo menos libidinoso; el premio: magreos exclusivos y exclusivas con la prensa.

Para no dejar a la gallina de los huevos de oro (o de los pechos, no sé), Pipi ha vuelto a sacarse... (estimado lector, no sea malpensado, por favor)... un as de la manga. ¡Le ha pedido matrimonio! Y como no podía ser menos, lo ha hecho en directo, ante las cámaras de televisión. En la gala de 'Supervivientes' del 31 de enero, coincidiendo con el cumpleaños de la susodicha, el mediático José Manuel Estrada hincó la rodilla y la joven doncella (¿doncella?) aceptó la propuesta. Ahora pro-metida, Miriam Sánchez lucha por sobrevivir en la isla; los últimos días, sola en Playa Pelícano, se consuela con los 80 metros de cabuya. La cabuya (sentimos la desilusión que pudiera provocar en los nostálgicos de Lapiedra) no es más que la fibra con la que la concursante debe fabricar una cuerda; cuerda que en otros tiempos le hubiera dado mucho juego. Hoy, con lo único con lo que deleita a sus fans es con sus tangas reducidos a la mínima expresión; sus nalgas están al descubierto y, sin embargo, Miriam sólo se acuerda de su hija y de su novio. Los magreos ya no existen, pero no puede renegar de su pasado. El archivo de Telecinco está ahí para recordárselo a los internautas de la web. ¿Quieres ver la última etapa de Lucía Lapiedra? Pincha en el vídeo.