El mercado de '¡A ver si llego!' no es precisamente un remanso de paz y esta semana verá alterado su ritmo gracias a unos rumores muy jugosos: el pescadero y su ayudante están liados.
Fito y Mike se convierten en el centro de todas las miradas después de que fueran descubiertos juntos y en paños menores en la misma cama. La noticia corre como la polvora y so convierte en la noticia bomba del mercado por lo que pronto estarán en boca de todos.
Por supuesto, como siempre ocurre es mucho más divertido creer los rumores por lo que los propietarios creen a pies juntillas la historia. Por supuesto, el pescadero no se quedará de brazos cruzados y tratará de poner fin a los rumores.
Por otro lado, la relación sentimental entre Joaquín y Amparo se deteriora a pasos agigantados por los excesos económicos de Amparo y que el frutero es incapaz de frenar.
Mientras, el constructor sigue empeñado en hacerse uno por uno con todos los puestos del mercado de San Cosme por lo que decide utilizar todo tipo de artimañas. Si los propietarios de los puestos no se deciden a vender el les obligará por lo que inicia unas obras ilegales dentro del mercado de San Cosme.
Entretanto, Pablo el hijo del constructor, ataca por otro flanco y empieza a salir con la hija de los panaderos. A pesar de sus reticencias, el joven tendrá que formalizar la relación sentimental con la panadera para que ella, en calidad de presidenta, logre los contratos de compraventa de todos los comerciantes.
Por otra parte, Fito y Pepa recurren a Internet para conseguir una cita. Sin embargo, el encuentro tendrá consecuencias inesperadas tanto para ellos como para Amparo, la ex del pescadero.