Tragedia en Golmayo: la ilusión de unos niños arrebatada por la carretera

JUAN MANUEL FERNÁNDEZ 27/08/2008 10:00

Los primeros en llegar a la zona son los equipos de emergencia junto a la Guardia Civil. El principal objetivo es evacuar a los heridos, pero la magnitud del accidente y las características del terreno dificultan las tareas de rescate.

Los equipos de emergencia buscan entre los amasijos de hierro posibles supervivientes que son trasladados al hospital, mientras el número de cadáveres aumenta por minutos. Se traen féretros de madera para evitar que se acumulen los cadáveres de menores y los primeros datos hablan de más de 20 muertos. Casi todos niños.

Los adolescentes son de dos colegios de la provincia de Barcelona , Ripollet y Viladecans, ambos pertenecientes a la orden religiosa de los hermanos Gabrielistas. Las familias se enteran de la noticia y los padres empiezan a llamar a sus hijos. En el lugar del accidente suenan los teléfonos, pero los chicos nunca podrán contestar.

En lo colegios de los jóvenes empiezan a vivirse escenas de dolor. Hace apenas ocho horas los padres se despedían de sus hijos en este lugar, pero ahora vuelven con los rostros desencajados y los nervios a flor de piel. Algunos no pueden soportar la tensión y tienen que ser atendidos por los servicios médicos. 1

Rápidamente las escuelas se convierten en el centro de operaciones. Grupo de psicólogos y personal sanitario esperan a los familiares para trasladarlos en autocares hasta Soria. Ya saben que hay 27 muertos y 12 heridos, pero deciden no informar a los padres. Los familiares viajan 6 horas con la incertidumbre de no saber si recuperarán a su hijo.

El número de muertos es tan elevado que el Ayuntamiento de Soria convierte el campo del equipo del Numancia en un improvisado tanatorio. Los forenses intentan identificar a los cadáveres a través de las fotos de los carné de identidad, antes de que lleguen los familiares.

A las dos de la madrugada llegan los primeros padres al Hospital de Soria, los que han viajado por su cuenta. Llegan con la esperanza de que su hijo esté ingresado. A algunos les comunican que no están en el hospital. Poco después llega el primer bus con los padres. El segundo bus no tarda en llegar. Para los psicólogos es el momento más duro, hay que comunicar los nombres de los vivos.

Tras conocer el fatal destino de sus hijos, los padres tienen que reconocer el cadáver y las pertenencias de los menores. Desde primera hora de la mañana voluntarios trabajan en el estadio de 'Los Pajaritos', tienen que dejarlo todo a punto porque a las 11:00 se celebra un funeral por las víctimas. Posados encima de una alfombra roja reposan 24 de los 27 féretros. La reina doña Sofía preside el sepelio, pero antes de comenzar, da el pésame a todos los familiares.

El obispo oficia una ceremonia de más de una hora y media llena de dolor. Los familiares sentados en las primeras filas apenas pueden seguir el sepelio. La tristeza y los más de 30 grados de temperatura provocan algún desmayo. Después los familiares buscan el nombre de sus seres queridos, sólo les queda el consuelo de poder acariciar la caja de madera donde reposa el cuerpo de su pequeño.

Se declaran tres días de luto en las dos localidades de las víctimas , muchos comercios están cerrados y en la mayoría de los balcones cuelgan crespones negros.

La tragedia aumenta, a media mañana muere otra adolescente en el hospital, el número de víctimas aumenta a 28. A las 6:30 de la tarde una caravana de 11 coches negros entra en Ripollet. En la escuela instalan la capilla para que sus compañeros puedan despedirse de ellos. Unas horas después la misma imagen en Viladecans, aplausos espontáneos de los vecinos. Los funerales se celebran al día siguiente en las escuelas.

Según los expertos ahora llega el momento más duro para los familiares: enfrentarse al cada día a la anuncia de sus seres queridos.