Ante la proximidad del parto de Lourditas, Adela -la madre de ella- decide instalarse en el hogar de su hija hasta que nazca el bebé. Las rencillas entre suegra y yerno se multiplican, situación que impedirá que la futura mamá se relaje en la recta final del embarazo.
A Fiti, le ofrecen trabajar nuevamente como mecánico, pero duda entre aceptar la propuesta o permanecer en la taberna junto a su amada Emilia. Poco después, le confiesa sus sentimientos a su jefa y ambos se besan iniciando así un romance. Tras protagonizar apasionados encuentros a escondidas, la pareja se plantea informar a sus respectivos hijos sobre su incipiente noviazgo. Cuando Emilia sospecha que Raúl y Su pueden ser más que amigos, su relación sentimental se pone a prueba.
Por otra parte, Diego y Santiago reciben una antigua factura impagada a la que no pueden hacer frente. Al ver que su hermano tiene la intención de confesar el hecho a Lucía, el mayor de los Serrano pide a Diego que espere hasta que su mujer dé a luz. Raúl, por su parte, sufrirá por trabajo y por amor. Su ilusión tras haber conseguido trabajo como cobrador de morosos quedará atrás cuando su primer cometido profesional le pone en un gran aprieto. Y en su relación con África, el hijo de Fiti se llevará un gran golpe.