Desesperados, Diego y Santiago se ven obligados a buscar trabajo sin que sus familias descubran que la taberna ya no les pertenece. Tras confesar su ruina económica a su familia y amigos, Fiti inicia también la búsqueda de empleo.
A pesar de su enorme interés por trabajar, el ex-mecánico de Santa Justa sólo encuentra empleo paseando perros, labor que tratará de ocultar a los demás.
Por otra parte, Manu, el sobrino de Lucía, llega a la ciudad con la idea de pasar unos días en el hogar de los Serrano. Mientras Teté queda prendada de su atractivo primo, Guille lo ve como un rival y decide ridiculizarlo ante ella.