En enero de 2003, un solo hombre sumió en el pánico a todas las mujeres de Barcelona, se trataba de un joven de 24 años, que mató en un plazo de once días a dos mujeres en el mismo parking de la capital catalana. Ahora, cinco años después, desde la prisión de Quatre Camins, dónde cumple condena, Juan José Pérez Rangel habla en exclusiva para 'El Puzzle blanco' en el primer programa.
Durante más de seis meses, el equipo del Puzzle Blanco se ha puesto en contacto a través de cartas con los delincuentes más famosos de la historia criminal de España. Algunos de ellos se han decidido a contar su versión del delito por el que están cumpliendo condena. En algunos casos, han confesado por primera vez y en exclusiva.
Así lo ha hecho Saray Castillo, una joven ingresada en la prisión de Córdoba, por matar clavándole un cuchillo en el corazón a su amante. "Sí, esto no lo había dicho nunca antes pero, salí de casa con esa intención", "Quería quitarme esa sensación de asco de encima".
El programa recoge estos sobrecogedores testimonios pero también reconstruye cada uno de los crímenes en tres dimensiones y le da una especial importancia a las pruebas científicas que han ayudado a los policías a meter a los criminales entre rejas. El programa contará con pruebas tan innovadoras como la marca de un mordisco en el cuerpo de una víctima. En este caso, el autor, Serafín Cervilla condenado por haber asesinado a su novia y con la única prueba contra él de la marca de sus dientes en el pecho de la chica, se defiende desde la cárcel: "Pero si a mí no me gustaba que me mordieran, ¿cómo la voy a morder yo a ella?".
Las reconstrucciones y análisis de todos los crímenes han sido posibles gracias a la colaboración de las unidades de policía científica del Cuerpo Nacional de Policía, la Ertzaintza, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil. Por primera vez, un programa tiene acceso a pruebas tan dramáticas cómo las conversaciones reales mantenidas por el padre de la primera niña secuestrada en España, Melodie Makachian y sus secuestradores durante el rapto.